Lo que no se vio de la llegada a Chile de Rafael Garay
Rafael Garay llegó a Chile para enfrentar a la justicia y lo hizo en medio de fuertes medidas de seguridad y ante el asedio periodístico.
Viernes 17 de marzo de 2017 | 09:18
La llegada de Rafael Garay a Chile fue bastante caótica, tras su llegada al país fue escoltado por todos los medios desde el aeropuerto hacia los Tribunales de Justicia.
Durante su viaje en el avión, Garay estuvo acompañado en todo momento por efectivos de la PDI, viajó en los últimos asientos de la nave y tuvo que ingresar esposado al país, al igual que a los tribunales para así enfrentar a la justicia.
Rafael Garay tuvo un viaje tranquilo, pese a ser largo comió pastas, durmió, acudió al baño un par de veces e incluso habría conversado con un pasajero a quien le habría confesado que desde hace 16 años sufría de alcoholismo.
En su llegada a Tribunales de Justicia fue esperado por transeúntes y algunas personas que habían sido parte del engaño protagonizado por Garay quienes lo insultaron y lanzaron objetos. En su salida, ocurrió algo similar, pero lo realizó con su chaleco amarillo de imputado.
Durante el juicio llamó la atención la más extraña de sus conductas, ya que le pidió a su defensa que no refutara las medidas precautorias en su contra, que no debatieran sobre la prisión preventiva que pediría la Fiscalía. "Somos los primeros sorprendidos con la actitud que ha tomado", señaló uno de sus abogados Rainero García de la Pastora.
La magistrado Paola Rabinovich del caso decidió que permanecerá recluido durante 120 días que dure la investigación en el anexo Penitenciario Capitán Yáber, donde también estuvieron algunos procesados por el Caso Penta.