Chile se seca: Clima semiárido se instala sobre la zona central
La sequía meteorológica es la falta de precipitaciones sobre un sector durante un período, o sea, es una excepción a la regla con un principio y un final. Entonces, vale la pena insistir, ¿seguimos inmersos en la megasequía o es que el clima cambió?
Viernes 21 de enero de 2022 | 18:51
“Esta megasequía es la más prolongada, al menos, de los últimos mil años en la zona central de Chile”, sostiene Duncan Christie, académico de la Universidad Austral e investigador del Centro del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2 ¿Cómo se llegó a esa conclusión? Por el estudio de los anillos de los árboles (dendrocronología), técnica por la cual se pudo reconstruir el clima del pasado (paleoclimatología) en este sector del país.
En Chile, según la Dirección Meteorológica (DMC), acumulamos 13 años de sequía, un lapso inédito. “La definición de sequía como una condición transitoria está perdiendo sentido, ya que la disminución de la precipitación anual es sustancial y permanente. Así, la condición promedio de los próximos años podría ser similar a la observada durante la actual megasequía. Por tanto, este evento debería servir para obtener lecciones importantes para adaptarnos a un clima progresivamente más seco”, advierte el Centro del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2.
“En Chile llueve un 30% menos en comparación con la década del 80. Este es un promedio, que ya es malo, pero hay ocasiones en que la situación es mucho peor como en 2019 y 2021. Es decir, no es sólo el que hayamos perdido un tercio de las lluvias, sino que además el riesgo de tener años hipersecos se ha disparado. Todo esto, con sólo 1 °C más de calentamiento en la Tierra. ¿Se imaginan cómo sería si el planeta se calienta el doble? ¿Qué pasaría con 2° o 3° más? Eso podría significar que, en algunos años, simplemente, no lloviera en la zona central”, afirma Raúl Cordero, climatólogo del grupo de investigación Antarctica (@Antarcticacl) de la Universidad de Santiago (Usach).
“Ya se evidencia una clasificación de transición hacia un clima semiárido”, dice Martín Jacques, académico del Departamento de Geofísica de la Universidad de Concepción. La falta de agua causaría “impactos potencialmente graves en el medio natural, la sociedad y diversos sectores económicos”, estima René Garreaud, doctor en Ciencias Atmosféricas.
Un futuro sin lluvias
“No podemos descartar que tengamos años con lluvias más cercanas a los promedios históricos, eso puede suceder, porque es parte de la variabilidad interanual del clima; sin embargo, lo que sí proyectamos es que en el futuro la normalidad estará más relacionada con las condiciones actuales que con las pasadas. Entonces, lo que ahora nosotros consideramos muy seco será la normalidad del futuro”, sostiene Martín Jacques quien es parte del (CR)2 también.
El investigador profundiza en este escenario al afirmar que “vemos una tendencia hacia el secamiento en la zona central de Chile con menores montos de precipitaciones y con mayores temperaturas máximas. Esta tendencia es más marcada en la medida que subimos como en la cordillera de Los Andes, lo cual es una combinación bien desafortunada. La isoterma 0 se ubica cada vez a mayor altitud con poca precipitación bajando la acumulación de nieve y derritiendo los glaciares. Esta ya es una tendencia que se observa hace décadas en el país”.
Martín, el clima de la zona central, y de Santiago en particular, se califica como mediterráneo, ¿se puede decir que cambió y que ya es semidesértico o semiárido? “Sí, ya se evidencia una clasificación de transición hacia un clima semiárido en sectores de la zona central y podría ser calificado así hacia el futuro”.
Cambio climático
“Existe un fenómeno muy consistente con el calentamiento global que es el fortalecimiento de las altas presiones y su desplazamiento hacia zonas más cercanas a los polos. Por lo mismo, con todos estos factores, se proyecta una desertificación y aridificación de Chile central en las próximas décadas”, ilustra Martín Jacques.
“Sumado a la variabilidad natural, el cambio climático y sustancias que destruyen el ozono estratosférico se produce un incremento de las presiones en las zonas subtropicales y un cambio en la trayectoria de las tormentas que ahora van hacia latitudes más altas en el hemisferio sur. El cambio climático podría también estar influyendo en la inusual intensidad de la mancha de agua cálida en el Océano Pacífico occidental (cerca de Nueva Zelanda) contribuyendo de manera directa e indirecta a la tendencia de secamiento en Chile central y sur. A diferencia de las variaciones naturales, esta tendencia se mantendrá durante el siglo 21, aunque su intensidad dependerá de la trayectoria de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que siga emitiendo la humanidad”, anticipa René Garreaud.
Ante este escenario, Raúl Cordero, avisa que en las ciudades de la zona central “nos vamos a quedar sin agua mucho antes de mediados de siglo. Lo más probable es que ahora los glaciares estén entregando su máxima caudal y ese caudal empezará a disminuir de manera progresiva. Tal vez eso ya está pasando en la cuenca del Aconcagua, simplemente, se agotaron los glaciares”.