Continúa la autodestrucción: Abril bate récord diario de CO2 en la atmósfera

Jamás el ser humano había inhalado tanto dióxido de carbono. Lo peor es que este registro será roto con prontitud ante la desfachatez de los tomadores de decisiones que hacen caso omiso a la evidencia. Por ellos, la catástrofe climática está en marcha.

Martes 11 de abril de 2023 | 15:17

Nunca, jamás, en absoluto, desde que el ser humano habita la Tierra, la atmósfera de nuestro planeta había estado tan saturada de dióxido de carbono (CO2); el más durable gas de efecto invernadero (GEI). El recién pasado 6 de abril de 2023 se anotó una nueva, triste y agobiante marca, ya que el observatorio de Mauna Loa en Hawái (Estados Unidos), centro de referencia mundial en este ámbito, registró el récord diario de 423,01 partes por millón (ppm). Lo anterior significa que por cada un millón de moléculas de aire encontramos 423,01 de CO2. Esta cifra, pese a ser insólita, de seguro pronto ya quedará obsoleta considerando el alza sostenida y desmedida de las emisiones de GEI.
Industria contaminante. Foto de Pixabay.

De peor en peor

Desobedeciendo a la evidencia, la mayoría de los países y empresas continúan con sus políticas contaminantes con las que aceleran cada día el catastrófico calentamiento en el mundo. Las moléculas de dióxido de carbono pueden existir durante más de un siglo en el ambiente, por lo que urge acabar con su producción desmedida. Pero ni la urgencia ni menos la vergüenza del daño que ocasionan detiene a quienes siguen avalando o emitiendo a destajo estos gases que nos conducen a un desastre climático.  

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  El CO2 junto al metano (CH4) son los principales gases de efecto invernadero. Desde el surgimiento del ser humano moderno, hace unos 300 mil años, hasta el comienzo de la era industrial en el siglo XVIII, se estima los niveles de dióxido de carbono se mantuvieron cercanos a 228 partes por millón. Las primeras mediciones efectuadas en el observatorio de Mauna Loa en el año 1958 daban cuenta de 315 ppm. En 2013 se alcanzaron 400 partes por millón; en 2017, 410 ppm; en 2021 se superaron 420 ppm y, este año, el récord diario llegó a 423,01 ppm.
Playa de Hawai. Foto de Pixabay.

¿Por qué en Hawái?

Hawái es un archipiélago, perteneciente a Estados Unidos, que se encuentra casi en el medio del océano Pacífico. “El aire no perturbado, la ubicación remota, y la mínima influencia de la vegetación y la actividad humana son ideales para monitorear los componentes de la atmósfera”, reseña la Agencia Oceanográfica y Atmosférica (NOAA), uno de los organismos que cuenta con observatorios en la isla más grande del conjunto. En 1958, el científico Charles Keeling (1928-2005) comenzó a registrar los índices de CO2 en la atmósfera en la exbase militar de Mauna Loa a más de 3 mil metros de altitud. El fallecido investigador señaló alguna vez respecto a la ubicación del observatorio que está “lejos de fuentes contaminantes de CO2 que podrían interferir con las mediciones. Este lugar es la mejor opción para representar a todo el planeta”. Estos datos recopilados por el químico permitieron elaborar la Curva de Keeling, la cual muestra a diario las concentraciones de dióxido de carbono. Aunque esta es la estación más antigua y representativa, la NOAA analiza muestras del aire que respiramos en cerca de un centenar de observatorios en todo el mundo.