Naciones Unidas se hartó de la inacción: Convoca a cumbre climática “sin tonterías”
Su secretario general, António Guterres, fue enfático al exigir acciones climáticas concretas a los tomadores de decisiones del mundo. Para ello invitó a una reunión extraordinaria. Mientras, la Cumbre de la Biodiversidad concretó un esperanzador acuerdo.
Miércoles 21 de diciembre de 2022 | 12:05
Greta Thunberg y muchos otros miles de activistas ambientales de todo el mundo se han quedado cortos ante la actitud vehemente, del todo plausible y necesaria, que tomó desde hace un buen tiempo, António Guterres, secretario general de Naciones Unidas (ONU), ante la inacción climática de los tomadores de decisiones.
Guterres es cada vez más desafiante ante la postura cínica e inhumana de los poderosos y sus intereses que ignoran la emergencia que padece la vida sobre la Tierra, por lo que convocó a una Cumbre de Ambición Climática excepcional para septiembre de 2023.
“Será una cumbre sin tonterías. Sin excepciones. Sin componendas. No habrá lugar para detractores, lavados de cara ecológicos o reempaquetadores de compromisos antiguos", aseguró con firmeza.
¿Llegarán?
“Hago un llamado a todos los líderes para que den un paso adelante: gobiernos, empresas, ciudades y regiones, sociedad civil y finanzas. Deben venir con una acción climática nueva, tangible y creíble para acelerar el ritmo del cambio”, convocó António Guterres.
El secretario general de la ONU sostuvo que todos los países deben hacer un esfuerzo extra para reducir sus emisiones de carbono en esta década y apoyar a las naciones que no pueden hacerlo por sí mismas. “Los planes climáticos nacionales se están quedando cortos”, dijo.
Esta convocatoria es una invitación abierta, reveló el portugués, quien aclaró que tiene un precio de acceso: “Y ese precio no es negociable. Se debe presentar una acción climática creíble, seria y nueva, y soluciones basadas en la naturaleza que hagan avanzar la aguja y respondan a la urgencia de la crisis climática”.
Esperanza
Mientras el camino para eliminar las emisiones de los gases de efecto invernadero provocados por la quema de combustibles fósiles (petróleo, gas, carbón) es cada día más tortuoso, al menos, la Cumbre de Biodiversidad (COP15) celebrada en Montreal (Canadá) arrojó resultados alentadores.
El acuerdo, que compromete a 195 países, pretende proteger y restaurar el 30% de las “zonas terrestres, aguas continentales, costeras y marinas” del todo el planeta para el año 2030.
Actualmente sólo el 17% de la superficie terrestre y el 10% de la marina están bajo algún grado de protección.
Además, se establece el aporte de "al menos 20.000 millones de dólares" en ayuda internacional anual para la biodiversidad en 2025 y "al menos 30.000 millones para 2030".
También se establecieron objetivos para la conservación de humedales y selvas, frenar la extinción de especies, cuidar los servicios ecosistémicos, reducir el desperdicio de alimentos, frenar la generación de desechos, resguardar los derechos de los pueblos indígenas guardianes del 80 % de la biodiversidad de la Tierra, entre otros hitos que, de cumplirse, son una buena noticia entre tantas de las otras.