Yanara Aedo, #EllasSonMundiales: "A las niñas que vienen de abajo, sí se puede"
El fútbol es su pasión desde los 5 años, un amor por el que debió abandonar muy joven su natal Temuco para vivir sola en Santiago e intentar cumplir sus metas. La ex delantera del Valencia es parte de la serie de microdocumentales que cuentan los sueños y las luchas de las seleccionadas que defenderán a la Roja en el Mundial de Francia.
Miércoles 5 de junio de 2019 | 17:50
Yanara Aedo no tiene del todo claro cómo nació su fanatismo por el balón, pero de lo que sí está segura es que cuando tenía 5 años y las calles de su natal Temuco eran su estadio, ya sabía que quería hacer del fútbol su vida.
Con 25 años, la ex delantera del Valencia CF contó en uno de los microdocumentales #EllasSonMundiales que jugar a la pelota era el verdadero motivo por el que encontraba entretenido ir al colegio. "Me gustaba ir al colegio porque en el recreo jugábamos, era ir porque jugaba. Llegaba a la casa, me cambiaba de ropa y jugaba. Estaba todo el día jugando a la pelota, era lo único que hacia".
Lee también: María José Rojas, #EllasSonMundiales: “Nosotras representamos a la mujer chilena”"Fue siempre muy raro porque era muy chica para sentirlo y quererlo de tan chica", añadió la veloz atacante por izquierda que hizo de su pasión de infancia su trabajo: "me muevo por eso hoy, es una forma de vida. Hoy tengo la suerte de vivir de eso. Todo lo que hago es porque juego fútbol y porque me gusta".
Pero no todo fue un cuento perfecto. La figura de la Roja que enfrentará su primer Mundial Femenino adulto en Francia 2019 tuvo que tomar una dura decisión cuando era una adolescente: "Me vieron con 14 años de la selección, me dijeron que para poder estar en la selección me tenia que ir a Santiago".
Proceso en el que decidió mudarse a la capital sola y vivir en una pensión y que estuvo lejos de ser fácil para ella. "Temuco es mucho más chico, la gente es mucho más tranquila. Fue difícil. En los primeros tres meses no había noche que no llorara. Llegaba del colegio, almorzaba, agarraba mis cosas e iba a entrenar con la selección y en la noche era llorar porque echaba de menos".
Sin embargo, todo esto decidió guardárselo, ya que "sabía que si lo decía me tenia que devolver, entonces me lo trataba de aguantar hasta que empecé a hacer amigas, me empecé a acostumbrar y me empezó a gustar".
Experiencia que le permitió conocer a varias de las seleccionadas actuales. "Es una selección que lleva tanto tiempo, somos las mismas personas durante tantos años", destaca Aedo, quien valora que "somos un colectivo en el que todas tenemos un rol importante".
Te puede interesar: Javiera Toro, #EllasSonMundiales: “Mi hijo me dio la fuerza para salir adelante”Pese a que Yanara jugó el Mundial sub-17 de Trinidad y Tobago 2010, asegura que "te emociona escuchar el himno, te dan ganas de llorar en el himno porque al ser fútbol femenino todo te ha costado el doble y haber clasificado a un mundial adulto es una sensación de mucha alegría".
Finalmente, adelanta que una de las posibilidades que entrega que la Roja haya clasificado a la cita planetaria, tras el vicecampeonato en la Copa América Chile 2018, es que "es una forma para que las niñas que viene de abajo vean que sí se puede, que si les gusta no lo dejen de hacer".