El 0-0 en el Allianz Stadium de Turín fue suficiente para la Juve gracias al 1-1 conseguido en la ida, que se disputó en febrero en el San Siro. El partido tuvo una jugada clave cuando CR7 perdió un penal y, tras cartón, el croata Ante Rebic fue expulsado por conectar una patada de karate a su rival.