Marco Enríquez-Ominami: El cineasta incansable y su cuarto intento por el sillón presidencial
Su persistencia es innegable. El fundador del Partido Progresista insiste en correr la carrera presidencial, a pesar de polémicas y líos judiciales. Como cineasta y director, ha aprovechado su cercanía con la televisión para no tropezar en los debates, administrando tiempos y precisando los ataques a los adversarios. ¿Será esta su última oportunidad?
Sábado 20 de noviembre de 2021 | 18:28
Un linaje político, su trabajo como cineasta y unas incansables ganas de llegar a la presidencia del país son algunos de los aspectos que han definido la vida de Marco Enríquez-Ominami Gumucio (ME-O), nacido en Santiago el 12 de junio de 1973.
Está casado con Karen Doggenweiler, periodista y animadora de TVN, es padre de Manuela y padrastro de Fernanda, sobre quien dijo: "criarla fue un privilegio, a veces difícil, como es hacer familia, pero fascinante, siempre primó el amor" dijo a un programa del canal estatal.
Su carrera profesional se forjó como Licenciado en Filosofía, cineasta y fundador del Partido Progresista (PRO) en 2010. Antes de ello, militó en el Partido Socialista (PS) entre 1990 y 2009, hasta que decidió competir como independiente por el sillón de La Moneda. En su currículum también figura el haber sido parlamentario por la V Región entre 2006 y 2010.
Desde su comando lo definen como alguien perseverante, cariñoso, divertido y trabajólico. "No deja de sorprenderme su energía y sus ganas", comentó Andrea González, asesora comunicacional.
El origen de su nombre
Es hijo de Manuela Gumucio, periodista, socióloga y productora de televisión, y de Miguel Enríquez, fundador y secretario general del Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR), quien perdió la vida al resistirse a ser detenido por agentes de la DINA, mientras se encontraba en la clandestinidad.
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Sus abuelos también estuvieron ligados a la política. Rafael Gumucio fue fundador de la Falange Nacional y primer presidente de la Democracia Cristiana y, por otro lado, su abuelo paterno, el Dr. Edgardo Enríquez, fue rector de la Universidad de Concepción y ministro de Educación en el gobierno de Salvador Allende.
Sin embargo, su vida laboral no solo ha estado marcada por la política, ya que tras estudiar Literatura y Licenciatura en Filosofía, participó en un taller intensivo para directores de cine en París, lo que lo llevó a convertirse en Director Ejecutivo de la Productora Rivas y Rivas, donde se destacó en producciones como Cuentos Chilenos y la serie La Vida es una Lotería. Asimismo, fue docente en la Universidad Arcis y en el Centro de Extensión de la Pontificia Universidad Católica del Perú, entre 1997 y 1998.
En 2008, y en medio de la promoción de su película "Mansacue", se refirió a la diferencia entre trabajar en política y dedicarse a los medios audiovisuales. Sobre ello señaló a El Mercurio que "hay una parte que ha sido súper tóxica, porque para poder hacer buen arte hay que tener una capacidad de observación, la capacidad de ocio, que no te lo da la política. Esto es todos los días con los dedos puestos en el enchufe".
El díscolo y sus incansables intentos por el sillón presidencial
De sus 48 años, doce los ha vivido siendo candidato a la Presidencia, puesto al que se ha postulado en tres ocasiones, 2009, 2013 y 2017. En el 2009 decidió no repostular como diputado, en cambio, decidió ir por la carrera presidencial. Para ello renunció al PS y se presentó como candidato independiente en septiembre de ese año tras no recibir apoyo de su partido. En dichas elecciones obtuvo el tercer lugar en las preferencias con 1.405.124 votos (20,14%), lo que no le permitió pasar a segunda vuelta.
Sobre ese nuevo sueño, su madre señaló a la revista Qué Pasa que "estamos ad portas de algo como lo de Obama. Es ahora que la gente tiene ganas de participar y dar el paso adelante hacia nuevas formas de gobernar".
En 2013, su segunda oportunidad, no logró superar los 750 mil votos, lo que nuevamente lo dejó en tercer lugar, impidiendo así que pasara a balotaje.
Pero dos ocasiones fallidas no fueron suficientes para aplacar su motivación de convertirse en mandatario. Es así como decide intentarlo una vez mas y en septiembre de 2017 anuncia que será candidato presidencial, ocasión en la que logró el sexto lugar de un total de ocho candidatos.
Lee también: Intensos intercambios y críticas a Kast: Así fue el debate Anatel de cara a las eleccionesY en esta última oportunidad, al menos por ahora, presentó su candidatura ante el Servicio Electoral el 23 de agosto del 2021, apoyado por el PRO y alejado de Unidad Constituyente. No obstante, en esta ocasión y por sentencia del Primer Tribunal Electoral de la Región Metropolitana se dispuso su exclusión del padrón electoral al acogerse un recurso en su contra. Esta piedra en su innegable intención por convertirse en presidente, no fue un problema, puesto que al apelar, el Tribunal Calificador de Electores revocó la sentencia el 10 de septiembre.
Líos judiciales
ME-O se ha mantenido en el radar de los medios durante varios años. Dos grandes eventos han afectado los últimos años de su carrera política. En 2016 se conoció una supuesta vinculación con la Sociedad Química y Minera de Chile (SQM) por financiamiento irregular de la política mediante la emisión de boletas "ideológicamente falsas". En ese momento, el Ministerio Público inició una investigación dirigida por el Fiscal Pablo Gómez. La acusación estaba relacionada a tres boletas emitidas por su asesor, Cristian Warner, por un total de $391 millones.
Durante la investigación, Enríquez-Ominami acusó a Gómez de ser "un operador político de Piñera", lo que tuvo como respuesta del persecutor que "ME-O ha participado dolosamente", razón que le significó al persecutor un sumario por supuesta emisión de dichos de valor, del que fue sobreseído.
Asimismo, ME-O se refirió a este polémico caso en 2020 en La Tercera y acusó que "seis años de investigación, seis años sin juicio, claramente existe una vulneración al derecho a ser juzgado en un plazo razonable. Tal como lo he mencionado anteriormente, agotaré todas las instancias nacionales e internacionales para que nunca más en Chile se vulneren las garantías políticas y constitucionales de ningún ciudadano".
Lee también: Servicio gratuito: ¿Cuál será el horario de funcionamiento del Metro de Santiago para las elecciones?El segundo caso se refiere a la utilización por parte de ME-O de un jet privado para viajar a Brasil, el que habría sido usado durante su campaña del 2013 para encontrarse con José Eduardo Cavalcanti de Mendonça, quien le entregaría una asesoría de marketing electoral.
El avión fue contratado por dos altos funcionarios de la constructora brasileña OAS, vinculada a casos de corrupción en Brasil. A partir de esto, la fiscal Ximena Chong le imputó el delito de fraude de subvenciones durante su campaña y a Warner, delito tributario por dos facturas que su empresa Cono Sur Research emitió a OAS. No obstante, el Cuarto Tribunal Oral en lo Penal de Santiago lo absolvió de eventuales irregularidades en la rendición de cuentas.
Para Rodrigo Espinoza, docente y secretario de Estudios de la Escuela de Ciencia Política UDP, "el caso OAS afectó demasiado a la figura de Marco Enríquez-Ominami, si bien él no tiene una condena judicial, sí lo tiene su colaborador más cercano, Pablo Wagner, respecto a la forma en cómo se financiaron sus campañas políticas. Pero al verse involucrado en esta arista judicial, terminó ocurriendo que aunque quiso ser una alternativa de cambio se fue desgastando en el tiempo. Al caer en estas mismas prácticas que los partidos tradicionales, lo pusieron en la misma altura y por tanto, ya dejó de ser el díscolo".
Sorpresa y agotamiento
"Programa de bienestar y prosperidad para las familias de Chile" es el nombre de su plan para los próximos cuatro años si resulta electo, el que está dividido en tres secciones y enmarcado en un gobierno de emergencia y transición, que colabore con la Convención Constitucional y que solo se alargue por dos años. "Me parece más sustantivo, más práctico económicamente para Chile, un gobierno de dos años de transición como lo hizo Patricio Aylwin en su tiempo", señaló Enríquez-Ominami al Diario Concepción. Lee también: Así será la transmisión conjunta que prepararon Chilevisión y CNN Chile para las eleccionesEntre las propuestas figura la implementación de un Ingreso Familiar de Emergencia Femenino, establecer un Royalty por la explotación de minerales estratégicos y crear 500 mil empleos. Además, pretende aumentar el sueldo mínimo a $560.000 y poner fin a las AFP. También contempla cárcel para quien contamine el agua y “un plan de mitigación ambiental de 600 millones de dólares a las empresas públicas como Codelco", según comentó en Futuro 360.
En su más reciente campaña expresó en su sitio web que "estoy convencido de que hay que defender el proceso constituyente conquistado por el pueblo de Chile, porque creo en la ciudadanía, en el pueblo, en las mujeres, en las y los jóvenes. Y creo en el cambio, porque el cambio es hoy".
En este sentido, la asesora comunicacional de Enríquez-Ominami, Andrea González, se refirió a cómo ha sido el trabajo de campaña junto al candidato "es de una perseverancia gigante. Lo que si, es muy, pero muy trabajólico, y como se exige a sí mismo tener los mejores rendimientos, al resto también. Yo estoy muy agradecida de haber podido cumplir un rol en esta campaña. Fue linda, emocionante y lo dimos todo. Con todo el corazón".
En este sentido, el analista político, Rodrigo Espinoza, argumenta que en la campaña actual "independiente de los votos que saque, ha tenido un desempeño bastante correcto. En el último debate estuvo muy bien, sabe cómo usar los tiempos, a quién atacar, qué decir. Ha acumulado una experiencia bastante interesante".
Lee también: Elecciones 2021: Todo lo que tienes que saber si eres vocal de mesaSin embargo, a lo largo de estos 12 años ha habido una serie de elementos que han marcado negativamente sus candidaturas, según Espinoza "tiene que ver particularmente con que es un proyecto personalista y poco sabemos respecto al PRO como proyecto colectivo. Sabemos que tiene que ver con levantar una plataforma de centroizquierda, con alianza público-privada, con la profundización de la agenda progresista, pero poco sabemos de quienes están en sus listas parlamentarias, poco sabemos de la orgánica del PRO. Mucho sabemos de ME-O, pero poco de su proyecto". A esto se suma un agotamiento de su figura como un fenómeno de cambio y lo afectada que quedó su marca tras el Caso OAS.