La casa de estudios interpuso dos querellas por sabotaje informático y suplantación de identidad ante la justicia y quedó en manos de la Fiscalía Centro Norte. Los hechos ocurrieron en las sedes de Concepción y Santiago. Los educandos contactaban vía Instagram a quien contestaría la prueba. Este último, exigía un pago en dinero previo a realizar su “trabajo”. En la capital, el hecho quedó al descubierto porque el alumno que contrató al plagiador, nunca le pagó. El sujeto, que ya estaría identificado, lo denunció -como si fuera una estafa- a las autoridades de la casa de estudio. “Mi razón de enviarles este correo es que su alumno hizo trampa y se negó a pagar”, escribió. Los documentos y la historia los revela CHV Noticias.