Columna de René Jara: Un gabinete sorpresa
El director de la Escuela de Periodismo Usach profundizó sobre la paridad, nuevas caras y perfiles técnicos de los ministros presentados por Gabriel Boric. "No obstante, es posible que la presencia mayoritaria de ciertos sectores políticos genere roces dentro de la propia coalición de gobierno", expuso.
Domingo 23 de enero de 2022 | 13:26
El primer anuncio relevante del presidente electo Gabriel Boric concito la atención de buena parte de la opinión pública durante las últimas semanas. Ahora, que ya conocemos los nombres de quienes serán las próximas autoridades de cada cartera, corresponde despejar las razones del morbo y la expectación detrás del anuncio del nuevo gabinete.
Una primera razón, para nada obvia, corresponde a la conformación de un gabinete para un presidente que no tiene mayorías en el Congreso. El desafío fue entonces convocar a sectores políticos más allá de su propia coalición, apostando con ello a construir una base de apoyo más sólida. A todas luces, el desafío parece superado, logrando integrar un gabinete con una importante presencia de militantes del partido socialista en sus filas.
El segundo desafío, autoimpuesto en este caso, consistía en instalar nuevos criterios para la selección de cargos. A juzgar por el resultado, varias cuestiones fundamentales parecen ya saldadas. Por de pronto, la paridad se consolida como un atributo fundamental de un buen gabinete, así como se anuncia una profunda renovación generacional. El promedio de edad descendió dramáticamente en comparación con gabinetes anteriores, incrementándose además la presencia de mujeres en distintas carteras.
Además, la propuesta incorpora a un grupo relevante de independientes no militantes de gran experiencia y conocimiento técnico en sus respectivas áreas. Esto también habla de ese deseo de seleccionar a los mejores, sin necesidad de recurrir al cuerpo tradicional de tecnócratas de la plaza. La guinda de esta torta fue el nombramiento de un sabido exconcertacionista, Mario Marcel, a cargo de Hacienda, gesto potente de que este Gobierno en flexible y sabe valorizar la estabilidad de los mercados.
No obstante sus virtudes, las que han sido reconocidas incluso con sorpresa por los más diversos personeros de la oposición, la propuesta adolece de un punto débil: la poca representación de su sector. Ceder espacios a otras sensibilidades supone en paralelo negar esos espacios a quienes han sido sus más cercanos colegas en Apruebo Dignidad. El caso más patente lo representan las legítimas pretensiones del Partido Comunista, quien integra a solo tres militantes –Camila Vallejo, Flavio Salazar y Jeanette Jara– en el nuevo gobierno.
Otro tanto más podríamos decir de los partidos del Frente Amplio, quienes no son en ningún caso mayoría. Su peso se podrá medir en la fuerza que ejerzan por ejemplo en el Comité Político, dentro del cual la figura de Giorgio Jackson será clave. Podríamos suponer que será en otros espacios donde aparezcan con más fuerza los nombres de algunos prominentes líderes y lideresas del FA, quienes imaginamos ven en la configuración de este gobierno un espacio para colaborar y adquirir experiencia en la gestión del aparato político.
Probablemente, el desequilibrio evidente que se deja ver en la representación política de los diferentes partidos en el gabinete, se pueda suplir en parte con el nombramiento de nuevas subsecretarias y subsecretarios, así como en otras reparticiones públicas. Esto es sin lugar a dudas deseables puesto que, de no hacerlo, el presidente electo corre el serio riesgo de tener una breve luna de miel a causa de los resquemores que pueda despertar este gabinete al interior de su propio sector.