"A su manera" y "el más difícil de clasificar": Medio español resalta forma de hablar de los chilenos
En el diario El Mundo destacaron que el español que "se habla en Chile es el más reconocible por su melodía, por sus modismos y por lo que tiene de disruptivo". Una suma de jergas que cautiva a los hispanoparlantes en un mundo globalizado, según lo planteado por el medio.
Miércoles 1 de diciembre de 2021 | 00:27
"Cachaste altiro". Indudablemente, la forma de hablar de los chilenos puede impactar un poco al extranjero hispanoparlante que viene recién llegando a Arturo Merino Benítez. Un ritmo acelerado, escasa modulación a ratos y una tendencia a comerse algunas letras hacia el final de las palabras. Además, el uso de metáforas de animales por doquier. ¿Es mejor o peor hablado que el español de Castilla? Simplemente es diferente y aparentemente, cautivador para muchos.
En un artículo publicado este martes por el diario español El Mundo plantearon que "el mundo globalizado ha logrado que los hablantes del idioma español convivan más estrechamente que nunca, que se familiaricen con los matices de cada idioma español. Un andaluz o un catalán medianamente conectados saben hoy diferenciar el habla de un colombiano del de un venezolano y a la inversa probablemente pase igual".
En esta línea, destacaron que el que "se habla en Chile, el más difícil de clasificar, el más reconocible por su melodía, por sus modismos y por lo que tiene de disruptivo. "Muchos lingüistas concordamos en que el español de Chile y el de Honduras son los que están variando más rápido en el mundo hispano", declaró Ricardo Martínez, lingüista y profesor de la Universidad de Chile al medio citado.
Variantes fonéticas por estratos socioculturales
Martínez señaló que "un ejemplo concreto muy interesante es la modificación de la pronunciación", detallando que "hay rasgos como la forma de pronunciar la ch, que estaba muy estratificada por grupos sociales. El habla de prestigio pronunciaba Chile; el habla de las clases bajas decía 'Shile'. Esa diferencia se ha aplanado porque los grupos sociales han empezado a interactuar mucho más de lo que hacían antes, sobre todo en la educación superior".
Con respecto a esta misma línea de análisis, el profesor aseguró que el español chileno estaba dividido por estratos sociales más que por territorios; era muy fácil identificar de qué clase venía otra persona por su habla. Ahora no lo es tanto".
Variantes ideologizadas
El lingüista recalcó que "en los últimos años estamos viendo variedades muy ideologizadas del habla. Lo que ustedes llaman cheli aquí se llama flaite. Y hay muchos grupos de personas en la universidad que no pertenecen por origen a esa cultura pero que están validando su lenguaje. Creo que el reguetón y el trap también influyen en ese fenómeno y por eso creo que está pasando lo mismo en otros países de América Latina".
Certero análisis de Fuguet
"A veces puede ser un agobio vivir en Chile (en estos días inciertos y angustiosos, donde se asoman las fauces de lo que el poeta Enrique Lihn tildó como "el horroroso Chile"), pero hablar en Chile siempre fascina, incluso tenemos una palabra propia para generar enredos en una conversación: el cahuín, y un verbo, cahuinear, para el chisme", dijo Fuguet.
Posteriormente, el periodista sostuvo que "a veces da risa. No es casual que digan que es un país de poetas. Todos, en rigor, usan el lenguaje a su manera. Oral, por escrito, y ahora de manera digital. Más que una suma de dialectos, Chile posee jergas sociales-etarias que lo hacen muy vivo. Usar el chileno te permite ser libre en un país que, en ocasiones, se torna autoritario".