Hombre robó avioneta y se estrelló tras ser diagnosticado con cáncer terminal
Tras conocer un su complejo diagnóstico, fue hasta el aeropuerto y tomó una aeronave. El sujeto dejó un testamento sobre la mesa de la cocina y le dio a su instructor de vuelo acceso a sus cuentas bancarias para pagar los daños del avión.
Viernes 18 de febrero de 2022 | 20:50
Un hombre en el sureste de Inglaterra recibió un dramático e irreparable diagnóstico: El doctor le dijo que tenía un cáncer terminal y solo tres meses de vida por delante. El Dr. Christopher Woollard, de 64 años, tomó una drástica decisión tras conocer esa información.
Según consignó el medio británico The Sun este jueves, Woollard, quien era un piloto en formación, con cerca de 70 horas de vuelo, fue hasta el aeropuerto de Rochester, ubicado en la localidad de Kent y robó una avioneta con la intención de estrellarse.
El hombre contaba con las llaves de la aeronave en su poder ya que su instructor de vuelo se las había entregado "para realizar controles previos al vuelo como parte normal del entrenamiento".
De acuerdo con el medio citado, el individuo de 64 años "comenzó a desplazarse hacia la pista, llamando por radio al control de tráfico aéreo y pidiendo hablar con su instructor. Mientras esperaba que este le respondiera por radio, el profesor universitario jubilado de informática aceleró y despegó sin previo aviso".
Una vez que ya se había elevado, procedió a comunicar su situación de salud por radio. Posteriormente "le dio a su instructor acceso a sus cuentas bancarias para pagar los daños del avión, dijo que deseaba suicidarse y que encontraría un área despoblada para estrellarse". Tras entregar ese mensaje, se habría caído el sistema de seguimiento del avión.
En aquel momento, se inició una intensa búsqueda y se logró ubicar en un punto, pero al poco tiempo, el vehículo cayó en un campo entre Ruckinge y Bilsington en un "giro descendente a la izquierda", en que impactó contra el suelo. Al ser hallado, lo sacaron y le aplicaron primeros auxilios. Sin embargo, después fue declarado fallecido.
Cuando los detectives fueron a registrar su casa, encontraron un testamento sobre la mesa de la cocina. La funcionaria del equipo forense, Katrina Hepburn, estableció que "en el balance de la probabilidad, es mucho más probable que cuando el Dr. Woollard derribó el avión en el campo tenía la intención de quitarse la vida".