Polémica en Perú por decreto que clasifica la transexualidad como “problema de salud mental”

Controversia desató en Perú un polémico decreto supremo publicado por el Ministerio de Salud que incluye a las personas transexuales en el apartado de "persona con problema de salud mental" dentro del nuevo Plan Esencial de Aseguramiento en Salud (PEAS).

El documento, explicó El Comercio, detalla la lista de enfermedades e intervenciones asegurables, y no es la primera actualización que se realiza a este plan. Aunque fue la más reciente la que levantó la alerta en distintas comunidades de ese país.

Según detalló el medio, el decreto añadió el "transexualismo, transvestismo de rol dual, trastorno de la identidad de género en la niñez, otros trastornos de la identidad de género, trastorno de la identidad de género no especificado, transvestismo fetichista y orientación sexual egodistónica" en las prestaciones por salud mental.

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En consecuencia, distintos grupos LGBTI+ manifestaron preocupación por la actualización, como Jorge Apolaya, vocero del Colectivo Marcha del Orgullo Lima. "La norma de por sí está desfasada y más bien deja una puerta abierta a las terapias de conversión, así como al uso de hormonas con fines de “corrección de la homosexualidad”, terapias que son consideradas tortura por el derecho internacional”, advirtió.

Por otro lado, desde el Ministerio señalaron que la reciente actualización era necesaria “para garantizar que la cobertura de atención sea completa en salud mental” y aclararon que la diversidad de género y sexual no son enfermedades.

“La orientación sexual y la identidad de género de una persona no constituye en sí misma un trastorno de la salud física o mental y, por tanto, no deben ser sometidas a tratamiento o atención medica ni a las llamadas terapias de reconversión", recalcaron en un comunicado.

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Cabe mencionar que, en agosto de 2018, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó la nueva Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) en la que se retiró la categoría de trastorno mental a la transexualidad y el travestismo, tal como ocurrió con la homosexualidad en 1990.

La transexualidad pasó a formar parte de un epígrafe nuevo denominado “condiciones relativas a la salud sexual” y a denominarse “incongruencia de género”. Hasta antes de la publicación, formaba parte del capítulo dedicado a “trastornos de la personalidad y el comportamiento”.