"Pacto" entre monjas: El origen del acuerdo que se destapó tras hallazgo del cuerpo en Ñuñoa
Un inesperado vuelco dio el hallazgo de restos humanos en plena vía pública en Ñuñoa, luego que la PDI confirmara el vínculo con dos religiosas que viven el sector. "Mantenían una amistad", indicaron desde la institución.
Miércoles 10 de abril de 2024 | 13:12
Un inesperado giro tuvo el caso del hallazgo de restos humanos al interior de una maleta en Ñuñoa. Durante este miércoles, la Policía de Investigaciones (PDI) descartó, preliminarmente, la teoría de crimen organizado y reveló un pacto entre las personas involucradas.
El subprefecto de la PDI Julio Fonseca reveló que, en base a análisis de la información, se pudo determinar que dicha maleta fue dejada el pasado 8 de abril por una adulta mayor.
"Se le hizo un seguimiento y un trabajo bastante detallado, casa a casa, tratando de ubicar a esta persona. Finalmente, se logró en calle Los Jardines, en un domicilio", agregó.
Personal policial ingresó al mencionado inmueble para levantar evidencias y se dio con la ubicación de las personas involucradas. Se trata de dos monjas, que se identificaron como madre e hija, las cuales fueron trasladadas a la Brigada de Homicidios Metropolitana.
Hallazgo en Ñuñoa: ¿Cuál fue el pacto entre las monjas?
Desde la PDI indicaron que las religiosas hicieron un "pacto" con la persona fallecida hace un año atrás por "el cariño que le tenía".
La mayor de las monjas involucradas, de 80 años, reconoció al personal policial que "mantenían una amistad" y que "habían hecho un compromiso entre las dos, que ninguna se iba a denunciar si fallecían".
"La médico experta del Departamento de Criminalística indicó que no habían lesiones traumáticas visibles. El esqueleto se trasladó al Servicio Médico Legal, donde se están haciendo todas las pericias para determinar identidad", detalló.
Consultado sobre el pacto, Fonseca indicó que consistía en que "ellas no se iban a denunciar ni iban a realizar inscripción y que se iban a cuidar hasta el último de sus días".
La religiosa involucrada declaró a la PDI que dejó la maleta en la calle para que se le diera "una sepultura digna".
Según informó el fiscal Francisco Lanas, de la Fiscalía Oriente, la religiosa fallecida fue diagnosticada con una enfermedad que "nunca se trató" y, en ese contexto, hicieron un pacto para "aislarse del mundo (...) y cuidarse entre ellas hasta el último momento, incluso después de eso".
Una vez fallecida, la monja de 80 años se dirigió al domicilio de su amiga y trasladó su cuerpo en una maleta hasta su casa, ubicada en calle Los Jardines. Allí lo mantuvo escondido en una bodega y, de acuerdo a lo señalado por Lanas, "no hay una respuesta científica" respecto del olor de los restos humanos.
El Ministerio Público quedó a la espera de los resultados que arroje la autopsia en el Servicio Médico Legal, donde también se determinará la identidad de la fallecida y la causa de muerte.