Satanistas y luciferinos de Chile buscan ser reconocidos legalmente: ¿En qué consisten sus prácticas?

Publicistas, bomberos y técnicos en enfermería, serían algunos de los que compondrían este grupo religioso que se reúne para orar desde un departamento en Las Condes y que busca diferenciarse de las sectas que hacen sacrificios.

Martes 30 de julio de 2024 | 17:33

El Templo de Satanás: satanistas y luciferinos de Chile, es una organización religiosa que actualmente busca ser reconocida legalmente por el Gobierno, con el fin de limpiar su imagen y finalmente ser diferenciados entre los múltiples cultos y sectas existentes.

Con su Acta Constitutiva en mano, los líderes de este grupo llegarían este martes hasta el Ministerio de Justicia, en donde podrían convertirse en la primera asociación religiosa de este tipo en América Latina.

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Con este registro pretendemos diferenciarnos de conventículos y cultos no reconocidos que, con sus prácticas y sus acciones, dañan la imagen de las tradiciones paganas en lo general y del satanismo en lo particular, indicaron a Radio Biobío.

¿En qué consiste el Templo de Satanás?

A través de un reportaje realizado por dicho medio, los satanistas y luciferinos, como se hacen llamar, dieron a conocer su lucha por reconocerse realmente como son: no hacen sacrificios humanos, están en contra del maltrato animal y no adoran al diablo.

Por el contrario, estas personas son renegados de la Iglesia Católica y están en desacuerdo con el conflicto palestino-israelí, según se constata en la mencionada noticia.

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Sobre sus reuniones sagradas, estos se reúnen en diferentes departamentos como, por ejemplo, en barrio El Golf, en la comuna de Las Condes, donde alrededor de cinco personas presentes (y otros 20 conectados telemáticamente) se visten de negro y oran frente a un altar con velas, calaveras y candelabros.

Guiados por una especie de sacerdote, repasan versos en enoquiano, avéstico y latín del libro La Biblia del Adversario de Michael W. Ford, mientras a su alrededor se encuentran imágenes de Satanás, un vino de la marca Diablo y numerosas luces rojas.

Fuera de esas cuatro paredes son bomberos, técnicos en enfermería, estudiantes y publicistas, entre otros, dicen no imponer sus creencias, puesto que estamos a favor de la libre determinación de la personalidad”.

 Esto no es un devaneo o un dislate: es el resultado de muchos años de trabajo coordinado, juntas, reuniones, visitas con abogados, discusiones, intercambios de ideas y más, indicaron.