Grupos ambientalistas reclaman que el permiso medioambiental para las obras fue obtenido en 2003, es decir, hace 18 años. Por tanto argumentan que producto de la supuesta demora en las ejecuciones de las faenas, el permiso debería invalidarse. Pero también acusan que los escombros de las faenas han sido dejados en la emblemática Quebrada del Tigre.