Los compradores pueden incluso ser desalojados de un lugar que creen es de ellos. "Nosotros con mi marido podemos volver a empezar, porque somos jóvenes y podemos trabajar. Nos va a costar, pero vamos a hacerlo, pero pienso en esos abuelitos que están allá, cómo se van a volver a levantar", lamenta una de las afectadas.