La siguiente historia revela lo que algunos llaman "el mecanismo de la impunidad". Un sacerdote abusó sexualmente de niños en los años 70 en Iquique. En los 80 cometió los mismos delitos en Valdivia y en los años 90 lo hizo en un colegio de Santiago. Su congregación lo amparó e incluso pagó a una familia para que no lo denunciara. Recién hoy la justicia lo investiga.