El abogado decidió instalarse en la precordillera de la Región de O'Higgins. Ahora, a sus 74 años y con su misma filosofía de vida, pasa la crisis sanitaria junto a las montañas y el río Tinguiririca. Sabe todo lo que ocurre, pero dice que el paisaje en el que vive es su mejor defensa. "No tengo nada. Lo único que tengo es amistad y cariño y con eso yo creo que se vive de lo más bien", asegura.