En $250 millones cifró el alcalde Sharp las pérdidas que causó en el municipio la suspensión del espectáculo pirotécnico, decisión que se tomó luego que la región retrocediera a Fase 2. Desde el sector hotelero también expresan su decepción por la medida, ya que las reservas para el Año Nuevo habían alcanzado cerca de un 70%.