El 2 de julio de 2017, un cliente disparó y dio muerte a dos empleados del centro de entretención, para luego suicidarse. Los familiares de Óscar Reyes, una de las víctimas, reclaman que la justicia determinó el pago de $110 millones por concepto de daño moral, pero lo empresa no lo aceptó y fue hasta la Corte de Apelaciones.