Camila Recabarren repasó su vida en EE.UU. tras regresar a Chile: "Tuve que robar en el supermercado"
Según reconoció la ex Miss Chile respecto de su travesía que culminó en Los Ángeles junto a su hija Isabella, "a veces hubiéramos querido tener mas comida en el refrigerador". Pero en ese intento, desarrolló una serie de actividades -como vender piedras- para tener dinero.
Viernes 30 de septiembre de 2022 | 13:20
Luego de tener un fugaz regreso a las redes sociales para hacer frente a una funa en su contra, la ex Miss Chile Camila Recabarren decidió regresar a su querido Valle del Elqui junto a su hija Isabella. En este proceso, se animó a abordar los cambios que tuvo en su vida y cómo enfrentó las dificultades durante los seis meses que se mantuvo en Estados Unidos.
Según relató la modelo a revista Sarah, antes de emprender su viaje al país norteamericano vendió su auto para pagar algunas cuentas y contar con un poco de dinero para la travesía.
Su plan era llegar a Colorado para estar con su hermano, quien vive allá y se dedica a las remodelaciones de cocina. Fue así como aprendió el oficio y trabajo junto a él durante la primera etapa de su aventura.
Sin embargo, después su residencia se cambió a Los Ángeles y se mantuvo en esa ciudad hasta su retorno a La Serena. Allí enfrentó una serie de peripecias que la llevaron incluso a tener que robar comida del supermercado para alimentar a su hija.
En primer lugar, contó al citado medio que comenzó a vender piedras "cuando me faltaban lucas".
"Igual siempre mi familia ha estado preocupada por nosotras. Había días en que con mucho esfuerzo mi mamá, mi papá o hermano iban y me depositaban dinero. Afortunadamente nunca me faltó para comer o pagar mi arriendo. Lo más importante siempre es tener un techo", dijo.
Regresando a lo de las piedras, señaló que "era como una aventura. Yo le decía a mi hija: ‘Vamos a vender piedras para ir a comprar unas cosas ricas’. Siempre todo con ella. De los seis meses que estuvimos viajando con la dejé sola en ningún momento, solo cuando iba a clases".
Pero también reconoció que la experiencia tuvo de dulce y de agraz, ya que "a veces hubiéramos querido tener mas comida en el refrigerador, pero me estaba esforzando para que la hubiese. Intentaba mantener un equilibrio, porque tampoco podía tener a mi hija en la calle, así que fuimos austeras".
En ese contexto dio a conocer que "incluso tuve que robar en el supermercado para poder tener comida para mi hija, pero eso no me hace una peor persona. Lo tuve que hacer y fue parte del viaje. Obviamente en Chile no lo haría, pero allá nadie me conocía así que sí hubo un momento en que saqué un queso o pan", cerró.
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