¿Vale la pena darle una oportunidad? (Casi) todo lo que te gustó de Stranger Things está de vuelta
Maratonear una serie es casi siempre un buen panorama, pero cuando bajan las temperaturas pareciera ser el clima perfecto. Una opción es la cuarta entrega de la serie que volvió recargada de lleno al terror. Acá 9 razones de por qué debes verla.
Viernes 3 de junio de 2022 | 15:56
La cuarta temporada de Stranger Things si bien se posicionó como lo más visto de Netflix, ratificando su categoría entre lo más esperado del año, fue recibida con ciertas dudas que rápidamente se disiparon, ya que las entregas anteriores no dejaron del todo satisfechos a sus seguidores con decisiones algo erráticas, problemas que ahora parecen haber sido dejados en el pasado.
La aventura de Eleven (Millie Bobby Brown), Will (Noah Schnapp), Mike (Finn Wolfhard) y el resto del grupo en 2016 encantó con su tono nostálgico y misterioso, sus referencias a queridas películas de los '80 y un grupo de adorables nerds que se ganaron el corazón con genuina simpatía, carisma e inteligencia. Una combinación que marcaba todos los puntos correctos, porque quién no querría volver a encontrarse con ellos año tras año.
Es por eso que la segunda temporada (2017) fue esperada con ansias, sin embargo, algunas decisiones de la trama, como ese forzado capítulo de Eleven en el que se convierte en una fugaz y precoz punk, y su pie forzado por volver a hacer guiños a otras películas que no encajaron tan bien en la trama, provocaron un desencanto, pese al ingreso de Max (Sadie Sink) al grupo, quien también fue recibida gratamente por los seguidores.
La temporada que siguió (2019), al parecer, recogió las críticas e intentó poner en orden las cosas y volver a centrarse en el elenco principal, enfocándose en sus relaciones, porque ahora eran adolescentes que comenzaban a experimentar cambios y ya no podían pasar todo el día jugando a Calabozos y Dragones. Esto marcó un nuevo rumbo para la historia en base a detalles relevantes, pero que a veces parecían descolgados de la aventura sci-fi o sin mayores repercusiones, e incluso descuidando las reglas que el mismo universo establecía para los poderes de protagonistas y villanos.
Entonces, ¿vale la pena darle una nueva oportunidad? Claro que sí y acá algunas razones.
1. Pesadilla adolescente
Si bien siempre la historia contó con elementos de ciencia ficción y monstruos, en la cuarta temporada llevan todo un paso más allá y se meten de lleno en el terror, no sólo referenciando clásicos de la época como A Nightmare on Elm Street (1984), Amityville (1979), Hellraiser (1987), Carrie (1976), Scanners (1981), It (1990) y Silence of the Lambs (1991), sino que generando un clima hostil y de pesadilla que funciona mucho mejor ahora que son adolescentes y la oscuridad prometida toma vuelo gracias a escenas mucho más viscerales que ahora sí le hacen justicia al género en el que se inspiran.
2. La magia de los nerds...
Si en la primera temporada los más chicos formaban un grupo de lujo contra los adultos que los infantilizaban o contra los malvados, la cofradía se fue rompiendo a medida que Hopper (David Harbour), Joyce (Winona Ryder) y el resto iba cobrando más importancia. Sin embargo, acá la magia se recupera. Por motivos de la trama que no revelaremos, la amistad de los protagonista vuelve a ser un espacio seguro ante la maldad que acecha y -por fin- volvemos a verlos crecer, entregando un desarrollo de personajes para cada uno y lidiando con sus miedos e inseguridades.
3. ...y las tribulaciones de los nerds
Como espectadores somos tan conscientes que Eleven tiene poderes y de la astucia del resto, que con el correr de las temporadas pasó a un segundo plano que ellos no son precisamente los más populares y que fue esta marginación parte de lo que hacía su unión tan entrañable. Eso es algo que esta temporada vuelve a ponerse claramente sobre la mesa, pero con la sensibilidad de la adolescencia: No sólo a la protagonista le cuesta encajar, sino que esa incomodidad que la hace tan particular la convierte en el blanco perfecto de los populares de la clase; mientras que Dustin (Gaten Matarazzo) y Mike ratifican su identidad no sólo volviendo a jugar Calabozos y Dragones, sino que defendiendo su lugar en el mundo a través de lo que los hace únicos, por mucho que Lucas (Caleb McLaughlin) intente ocultarse en un camarín de baloncesto.
4. Un villano como corresponde
La amenaza constante que era el Demogorgon y los bicharracos arácnidos funcionaron bien, pero hasta un tiempo. Algo que siempre se echó de menos era un villano a la altura de la épica de la protagonista, alguien que la igualara en sus poderes, sí, pero por sobre todo que tuviera un peso dramático y emocional. Una especie de cara opuesta de Eleven, como la relación Batman/Joker. Un deseo que fue escuchado y que encaja de manera perfecta en esta temporada: Vecna no sólo es imponente y espeluznante, sino que su pasado tiene un profundo vínculo con toda la historia y su clímax es uno de los mejores momentos de la serie.
5. Atando cabos sueltos
Uno de los principales misterios de este universo es cómo se abrieron los portales que conectan nuestro mundo con el otro, el llamado Upside Down. Y en esta temporada no sólo se revelan informaciones clave para el desarrollo de la historia y se explican varias incógnitas que estaban presentes desde la primera temporada, como quiénes son los otros niños y niñas que estuvieron en la Habitación Arcoíris o cómo surgieron el Demogorgon y Vecna, sino que se profundiza en el entretenido "lore" de la serie entregándole una capa de profundidad a sus poderes muy al estilo Star Wars.
6. Respeto para Nancy
Aunque nunca fueron las estrellas de la serie, Nancy (Natalia Dyer), Steve (Joe Keery), Jonathan (Charlie Heaton) y posteriormente Robin (Maya Hawke) se ganaron un espacio no sólo como los niñeros de los más jóvenes, que ya no necesitan esos cuidados, sino que sus carismáticas personalidades les han permitido ser incluidos como los integrantes seniors del grupo, y en esta temporada van de tú a tú con los protagonistas y no tienen nada que envidiar en su aporte a la historia. Incluso, el rol de la astuta Nancy por fin tiene el sitio que merece no solo desentrañando misterios o en un triangulo amoroso, sino que poniéndola en primera línea del conflicto. Porque, como ha quedado claro, un buen personaje no es aquel que es perfecto y le sale todo bien, sino uno con fallos y que enfrenta adversidades externas y conflictos propios.
7. Baúl de los recuerdos
Si frecuentas las redes sociales o te interesa la cultura pop, te habrás enterado que una canción de 1985 que utilizó la serie se convirtió en parte de lo más escuchado de los últimos días en los servicios de streaming. Se trata de Running up That Hill de Kate Bush, la que tiene un buen motivo para haber despertado el interés de los seguidores. Pero no es la única. Para las generaciones más jóvenes, la selección de los temas puede ser un baúl de sorpresas y una aproximación a sonidos que no por no estar de moda, han perdido vigencia, como Talking Heads, Ella Fitzgerald y The Mamas & the Papas.
8. ¿Y los adultos?
Si algo hay que reprocharle a esta temporada, es el rol que le han dado a Joyce y a Hopper, quienes fueron relegados a una sub trama que durante gran parte poco y nada tiene que ver con lo que sucede en Hawkins, incluso rompe un poco el tono que plantean para toda la historia, mezclando humor con escenas de acción pura y dura. Pero esto tiene un efecto doble: por una parte hace que los adolescentes brillen por sí solos y le da independencia a ambos grupos, pero al mismo tiempo le resta interés a su aventura, que parecieran fragmentos perdidos de un spin off. Pese a esto, los fans del malhumorado policía tendrán el tiempo suficiente para saber qué fue de él.
9. Nostalgia futura
Un sello de toda la serie ha sido la nostalgia. Añoranza por un pasado más feliz y seguro, por esa edad con relaciones más libres e intensas o incluso por el recuerdo de una época que parece encantadora aunque no haya sido vivida. Eso es lo que siempre ha bombeado el corazón de la serie y que se traducía en referencias a películas, música, lugares, aparatos tecnológicos analógicos en franca extinción. El problema apareció cuando todo parecía hecho sólo para introducirlas. Y los dos años que pasaron entre una temporada y la otra por la pandemia parecen haber jugado a favor, ya que sin duda se ven mucho mejor insertadas. Las pistas de hielo, los peinados, la ropa y las cassetteras cumplen rol no solo decorativo, lo que permite que establezcamos un vínculo con ellos más allá de su rol en nuestra biografía.