Contener y conversar: 5 consejos para sobrellevar el agotamiento emocional en medio de la crisis social en Chile
El insomnio, la falta de apetito y la dificultad para concentrarse son algunas de las alteraciones físicas que puedes sufrir si te afecta emocionalmente la crisis social. Para combatirlo, es importante compartir nuestra vulnerabilidad con alguien y no exponerse demasiado a la información que entregan las redes y los medios.
Viernes 8 de noviembre de 2019 | 16:01
Estas semanas de manifestaciones no solo han evidenciado un descontento social, sino que además han traído consigo un desgaste psicológico, mental y emocional que algunas personas están notando en sus vidas, ya sea que participen las manifestaciones o no.
Al respecto, la psicóloga especialista en reparación emocional y temáticas de autocuidado y autoestima, Javiera Donoso, entrega cinco consejos para cuidar tu salud mental en un momento de crisis.
1. Comprensión de las consecuencias a estar expuesto a situaciones estresantes:
Es normal que en medio de una crisis suframos algunas alteraciones en las áreas del sueño (insomnio, hipersomnia), alimentación (aumento o disminución del apetito), estado de ánimo (inestabilidad, confusión, estados emocionales intensos y cambiantes), pensamiento (dificultad para concentrarnos, negatividad, preocupación por el futuro) y conducta (intolerancia, irritabilidad, impaciencia, mayor reactividad o inhibición y bloqueo por el shock).
Esto podrá derivar en un cuadro de agotamiento emocional, en el que nos sentiremos física, mental y emocionalmente muy cansados y tensos, afectando funcionamiento normal, nuestras relaciones interpersonales y nuestro sentido de propósito y esperanza.
Al respecto, Donoso asegura que compartir nuestra vulnerabilidad con personas de confianza "puede ser de gran ayuda, ya que al contar lo que estamos viviendo nos podemos sentir más aliviados y ver las cosas desde otra perspectiva”.
2. Búsqueda de espacios de diálogo y contención:
La psicóloga explica que es muy importante "no encerrarse, no aislarse, buscar y crear espacios de diálogo en los que podamos expresar cómo nos estamos sintiendo, pedir ayuda profesional si sentimos que el malestar nos sobrepasa. No ignorarlo o intentar controlarlo, ya que esto genera mayor tensión y riesgo de desborde o agravamiento de los síntomas".
3. Exposición controlada a imágenes e información:
En días en los que estamos "bombardeados" de información en redes sociales y medios de comunicación sobre los acontecimientos sociales, Javiera Donoso recomienda "dosificar y seleccionar dónde, cómo y cuánto nos informamos. Idealmente no estar más de dos horas diarias conectados y filtrar imágenes de violencia que provoquen miedo y paranoia".
4. Incluir espacios de distracción, juego, humor y disfrute:
La experta asegura que es necesario cuidar que haya otros espacios para que la situación estresante y crítica no sea lo único que está ocurriendo.
"Estar en un monotema nos termina agotando emocionalmente, lo que aumenta el estrés y la sensación de impotencia", comenta Donoso.
5. Centrase en lo que sí está en nuestro control:
En toda crisis hay gran parte que no se puede manejar o cambiar y al centrarnos en ello generamos una sensación de inseguridad e inestabilidad muy grande. Ya que precisamente la confianza y seguridad básica es lo que queremos recuperar, añade la especialista.
En cuanto a manejar la emocionalidad, Donoso recomienda "hacer el ejercicio de pensar en cómo podemos aportar, desde nuestros recursos, en nuestra comunidad, redes o familia, ya que siempre hay algo que podemos ofrecer y que nos hace sentir que tenemos un propósito, que hay esperanzas, que participamos y no sólo padecemos la crisis”.
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La resiliencia, definida como la habilidad para enfrentar situaciones críticas y a la vez aprender de ella, es la forma de llevar a cabo este tipo de crisis según comenta la psicóloga, quien concluye que una forma de aportar al bien común es teniendo "un rol activo, de participación, responsabilidad y altura de miras. Esta postura permite que veamos la crisis como una oportunidad de cambio y transformación y no sólo como una amenaza al orden y la estabilidad a la que estamos habituados”, concluye.