Obesidad, una de las consecuencias extra que deja la pandemia en Chile
Al igual que en todo el mundo, el coronavirus está dejando consecuencias en la sociedad chilena. Además de las lamentables muertes causadas por el virus, estar tanto tiempo en casa ha acarreado otros problemas en la salud. “El estar encerrado promueve sentimientos de aburrimiento y ansiedad, lo cual muchas veces se combate a través de la ingesta de alimentos”, explica el doctor Otto Dörr Zegers, psiquiatra y Premio Nacional de Medicina 2018.
Viernes 22 de enero de 2021 | 21:07
No existen dudas. El año 2020 fue un periodo que varios querrán olvidar por todo lo que significó. La pandemia desató un montón de problemas adicionales a los contagios y muertes por COVID-19, casi todos relacionados con el encierro que debieron tomar obligatoriamente las personas para prevenir la propagación del virus.
Sin embargo, hay un tema que muchos quizás han lanzado como broma, pero resulta ser algo bastante serio: Chile se ha convertido en una de las naciones en donde más se ha registrado un aumento de peso durante la pandemia. Esto quedó al descubierto gracias al estudio “Dieta y Salud Bajo el COVID-19” de la consultora Ipsos.
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Este informe reveló que el 51 % de los chilenos afirma haber subido de peso en este periodo. Uno de los especialistas más destacados en el ámbito de la alimentación, es el psiquiatra Otto Dörr Zegers, quien explica que la cuarentena puede estar relacionado a estas cifras: “El confinamiento al que estamos sometidos limita nuestra actividad cotidiana, disminuyendo la cantidad de ejercicio que realizábamos antes de la pandemia. El estar encerrado promueve sentimientos de aburrimiento y ansiedad, lo cual muchas veces se combate a través de la ingesta de alimentos”.
La cruda realidad chilena
Otra de las cifras arrojadas por este estudio señala que la actividad física también disminuyó en los chilenos. Durante la pandemia Chile se ubicó como el país que más bajó en este apartado, en donde el 33 % de los encuestados afirmó tener una baja en su actividad deportiva. El promedio mundial fue de un 23 %.
Sin embargo, pareciera que este asunto de “los kilitos de más”, como mucho dicen al relativizar el tema, no es algo para dejar de lado considerando el contexto sanitario actual. Existe una gran cantidad de evidencia científica que indica que condiciones como el sobrepeso y la obesidad contribuyen a experimentar problemas más graves al momento de contraer el virus, lo que en el peor de los casos puede derivar en intubación y muertes.
Esto sin duda es un detalle no menor para nuestro país, considerando que en el último registro publicado por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), Chile es el segundo país con más casos de obesidad y sobrepeso del grupo, con un 74,2 % de la población mayor de 15 años sufriendo estas afecciones. Solo es superado por México con 75,2 %.
Para el doctor Dörr, es normal que durante situaciones extremas con las que estamos viviendo surjan este tipo de problemas: “Estudios anteriores a la pandemia, ya sea en contexto de incidentes terroristas o desastres naturales, señalaban un aumento en conductas adictivas, tipo alcohol, tecnología o tabaquismo, lo que además, debilita la respuesta inmune del organismo, aumentando la vulnerabilidad a infectarse por COVID”.
El panorama de niños y adolescentes
No obstante, esto no es problema solamente de adultos. En Chile, los estudios enfocados hacia un público infantil demuestran que las cifras de sobrepeso y obesidad han empeorado en los últimos años. Por ejemplo, según la Radiografía de la Obesidad Infantil, los menores de 6 años que presentan esta enfermedad han aumentado 66,3 % entre 2005 y 2017. En el caso de los estudiantes de primero básico, entre 1997 y 2018, la cifra se duplicó (12 % al 24 %).
Ahora con la pandemia, esta cifra podría haberse modificado nuevamente. A finales del 2020, la revista Journal Of the American Academy of Child & Adolescent Psychiatry publicó una revisión de 63 estudios con un total de 51.576 participantes y encontraron una asociación clara entre soledad y problemas de salud mental en niños y adolescentes.
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“La soledad se asoció con futuros problemas de salud mental hasta 9 años después, siendo la asociación más fuerte la depresión”, explica el doctor Dörr. “Otro de los hallazgos reportados fue que las niñas mostraban más síntomas de depresión en comparación con los varones, y que estos tenían indicadores más elevados de ansiedad social”, agrega.
Sin comunicación directa por el cierre de colegios y escuelas, los menores de edad y adolescentes solo pueden comunicarse de forma online con sus amigos y profesores, lo que podría generarles ansiedad, y como ya se ha mencionado, esta podría combatirse con una ingesta aumentada de alimentos.
¿Existe una solución milagrosa?
Ante la problemática presente, el psiquiatra Otto Dörr asegura que no existe ninguna solución milagrosa para obtener mejores resultados a nivel país. Incluso, agrega que es difícil volver a los hábitos alimenticios anteriores, porque la situación cambió radicalmente.
Nuestra sociedad y el mundo está compuesto por personas muy diferentes entre sí, con características de su personalidad que los hacen afrontar de distinta manera los problemas que surgen en el camino, como lo ha sido la pandemia. Niños, adolescentes, adultos y ancianos tienen formas diferentes de enfrentar la vida.
Lee también: Manuela Cuvi (FAO): “Acceder a una alimentación sana no tiene que ser un privilegio, tiene que ser un derecho”“Debemos reflexionar y meditar sobre cómo, con nuestras características particulares, tanto positivas como negativas, nos enfrentaremos a esta nueva realidad, y aportaremos a nuestro sistema familiar para que resista este difícil y desafiante momento”, sugiere el doctor Dörr.
El desafío para esta pandemia, en palabras del especialista, es poder soportar este cambio con una adaptación sana, que cuente con la creación de una nueva rutina en la que el ocio, el trabajo, el ejercicio, la comida y la sociabilidad tengan un justo y equilibrado espacio.
Soluciones milagrosas no existen, pero el trabajo de mejorar recae en nosotros mismos y en la capacidad que tengamos de apoyar también al que está a nuestro lado.