¿Por qué comemos dulces cuando tenemos ansiedad?
Es posible que durante estos días de manifestaciones en el país los niveles de ansiedad hayan aumentado. Una de las respuestas típicas es comer porciones de alimentos ricos en azúcares, pero, ¿a qué se debe esto?
Viernes 22 de noviembre de 2019 | 00:28
Estos días en que las rutinas se han visto alteradas y se ha generado incertidumbre sobre el futuro del país, es posible que te hayas encontrado con mayores ansias de picotear comidas dulces o saladas para lograr una sensación de calma.
María José Leiva, psicóloga del Centro de Nutrición y Bariátrica de la Clínica Las Condes, aseguró a Las Últimas Noticias que han aumentado los síntomas de ansiedad entre sus pacientes, algo que podría atribuirse al desarrollo de la crisis social que vive el país.
Es por eso, explicó la experta, que normalmente recurrimos a comer pequeñas porciones de alimentos ricos en azúcares. "Se ha presentado un mayor consumo de carbohidratos y alimentos con azúcar; mayor tendencia al picoteo de alimentos entre comidas; y mayor consumo de alcohol al final del día", dijo Leiva.
Productos ricos en azúcar o en grasas se convierten en una solución rápida que genera una respuesta cerebral de calma ante la ansiedad. "Hay dos combinaciones que suelen tener mayor activación cerebral: las cosas saladas y crujientes y los productos dulces y pegajosos, como las calugas", añadió la psicóloga.
Lee también: Todo lo que debes saber sobre la diabetes y cómo controlarlaGeraly Carrasco, de la Unidad de Trastornos Alimentarios de la Red de Salud UC Christus, explicó que esta respuesta que tenemos al experimentar ansiedad tiene que ver con la necesidad de nivelar, de manera inconsciente, la alta secreción de cortisol que hay en el cuerpo cuando enfrentamos situaciones de estrés.
"El cortisol es una hormona fundamental que estimula en el ser humano la posibilidad de defenderse o huir ante una amenaza. Cuando los niveles de estrés superan una adaptación normal, el cortisol pasa a ser una hormona neurotóxica, es decir, influye negativamente en el proceso de elaboración de neurotransmisores como la serotonina, que está asociada a la estabilidad del ánimo, el control de la ansiedad y a regulación del apetito", explicó Carrasco.
En ese sentido, cuando estamos bajo situaciones de estrés nuestro cuerpo tendrá mayor atención por un dulce que por una ensalada. Esto, ya que los alimentos ricos en azúcares refinados "se metabolizan muy rápidamente y generan una elevación de la glicemia muy rápida".
Ahora bien, aquellos productos crujientes no tendrían una respuesta única. Algunas hipótesis sostienen que lo que generan estos alimentos al masticarlos podría estimular la sensación de saciedad.
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