¿Santiago necesita más árboles? Esto dicen los expertos para mitigar efectos del cambio climático
Expertos analizan, junto al Departamento Meteorológico de Chilevisión, las tormentas que afectaron a gran parte de Chile durante cinco días consecutivos, un hecho insólito para noviembre.
Miércoles 14 de noviembre de 2018 | 13:20
Desde el viernes 9 y hasta el martes 13 de noviembre, el tiempo “se volvió loco” en gran parte de Chile. En un hecho insólito para noviembre, vastos sectores del país se vieron afectados por unas tormentas intensas que causaron estragos, especialmente, en el ámbito agrícola.
Lluvias, vientos, truenos, relámpagos, rayos y granizos se sucedieron durante cinco días consecutivos entre las regiones de Valparaíso y Los Lagos, algo nunca visto a estas alturas del año. Todo comenzó con un sistema frontal que ingresó por el sur y, luego, su inestabilidad se transformó en una baja segregada (o núcleo frío en altura) la que, sumada a las temperaturas primaverales, causó las tormentas eléctricas.
Eduardo Sáez, integrante del Departamento Meteorológico de Chilevisión, afirma que “la lluvia es esperable en esta época. Lo que nos sorprende es la intensidad de las tormentas eléctricas. Hubo nubes (cumulonimbus) que alcanzaron un desarrollo vertical superior a los 12 kilómetros de altura. Su base se situó a unos 600 metros del suelo. En la parte superior de estas nubes se generen grandes bloques de hielo que, por efecto de la gravedad, caen y en su camino se van erosionando hasta transformarse en los granizos. Lo que llama la atención esta vez es el tamaño de los granizos, por lo que en la parte superior de las nubes deben haber sido mucho más grandes de lo habitual, estimo, como del porte de un puño cerrado”.
El geógrafo, y especialista en el estudio del cambio climático, Pablo Salucci, advierte que “el cambio climático provoca que ciertos eventos meteorológicos tiendan a extremarse, esto, debido al aumento de energía por la temperatura más alta que afecta al planeta. Estas tormentas son cada vez más frecuentes, de hecho, la curva de acontecimientos de este tipo va en un continuo ascenso durante los últimos 20 años. Aquí el cambio climático influye en la intensidad y en la reiteración de estas tormentas, y esta tendencia continuará”.
DE LA PALABRA A LA ACCIÓN
Chile ha suscrito una serie de tratados, entre ellos el Acuerdo de Paris (2015), el cual establece un plan de acción para limitar el calentamiento del planeta “muy por debajo” de los 2 grados Celsius. Según Pablo Salucci, “nuestro país está atrasado en concretar las buenas intenciones que ha manifestado a través de una serie de pactos internacionales. Por ejemplo, en Santiago es urgente reforestar. Se deben crear nuevos parques que tengan más árboles que pasto. Los árboles nos ayudan a mitigar los “golpes” de calor en el verano y la absorción de agua cuando llueve en el invierno. En la capital tenemos cerca de 6 millones de árboles, muy por debajo de los 18 millones que necesitamos como mínimo para aplacar en parte los efectos del cambio climático en la ciudad”.
Sáez agrega que “según las proyecciones, en Chile cada vez tendremos menos lluvias totales en el año, pero cuando llueva esos fenómenos serán más intensos que los de costumbre. Ante eso tenemos 2 opciones: adaptarnos a los cambios y ejecutar acciones que ayuden a mitigar los efectos que estos cambios ya están provocando”.
EL ACUERDO DE PARÍS
195 de los 197 países integrantes de la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático, entre ellos Chile, suscribieron el Acuerdo de París en 2015. Estos fueron los principales puntos del convenio.
*Los gobiernos acordaron mantener el incremento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2 grados Celsius con respecto a los niveles preindustriales y seguir trabajando para limitarlo a 1,5 grados Celsius.
*Los países presentaron planes generales nacionales de actuación contra el cambio climático para reducir sus emisiones.
*Los gobiernos acordaron comunicar cada cinco años sus contribuciones para fijar objetivos más ambiciosos.
*Los tratantes aceptaron informarse mutuamente y dar cuenta a la sociedad del grado de cumplimiento de sus objetivos, para garantizar la transparencia y la supervisión.
*La Unión Europea y otros países desarrollados seguirán financiando la lucha contra el cambio climático para ayudar a los países en desarrollo tanto a reducir sus emisiones como a aumentar la resiliencia ante los efectos del cambio climático.