Habrá sectores que podrían recibir más de 60 milímetros de agua en cuestión de horas, especialmente, en sectores de la precordillera andina. Además, con isoterma 0 alta. ¿De qué se trata el fenómeno natural que aumentará la cantidad de precipitaciones?
¡Lluvias a la antigua! La Dirección Meteorológica de Chile emitió una serie de avisos debido a las precipitaciones abundantes que a partir de este jueves 21 de abril marcarán los días sobre el centro y sur del país.
“Un río atmosférico se conectará con uno de los sistemas frontales que se han sucedido por el sur del territorio. Este jueves por la tarde comenzarán las lluvias intensas en las regiones de La Araucanía, Los Ríos, Los Lagos y Aysén, especialmente, al interior en los sectores de la precordillera y la cordillera andina”, advierte Eduardo Sáez, meteorólogo de Chilevisión.
#Aviso A145/2022: [19/abr 12:39] Precipitaciones Normales a Moderadas en zonas de las regiones de La Araucanía y Los Ríos https://t.co/e6lxaGuuz1 pic.twitter.com/yBwYCnV11q— MeteoChile (@meteochile_dmc) April 19, 2022
Las precipitaciones más copiosas abarcarán el interior durante la noche del jueves al viernes (22 de abril) con lugares que “podrían recibir más de 60 milímetros de agua en cuestión de horas con isoterma 0 alta, ya que, por ejemplo, en la Araucanía, rondará unos 2.300 metros de altitud y 2.100 metros en Los Lagos”, sostiene Sáez.
Además de las precipitaciones soplarán vientos que podrían alcanzar 80 kilómetros por hora en la precordillera desde Malleco hasta Palena.
Con el avance del viernes amainará este primer aguacero para quedar con chubascos intermitentes, los que por el norte alcanzarán sectores al interior de las regiones de O’Higgins, Metropolitana y Valparaíso. Eso sería durante el viernes en la mañana solamente y con montos de agua menores.
#Aviso A147/2022: [19/abr 12:40] Precipitaciones Normales a Moderadas en zonas de las regiones de Ñuble y Biobío https://t.co/xxY19e8bk8 pic.twitter.com/NsJeGDBdHe— MeteoChile (@meteochile_dmc) April 19, 2022
El sábado (23 de abril) y domingo (24 de abril) llegaría un nuevo pulso con precipitaciones entre zonas de Bío-Bío y Aysén, de hecho, dejaría lluvias torrenciales por momentos especialmente el sábado.
Esa onda avanzará hacia el norte para abarcar Maule y lugares de O’Higgins durante la noche del domingo al lunes (25 de abril), además de aportar precipitaciones en la cordillera andina de la zona central, por ejemplo, en la región Metropolitana.
Los ríos flotantes existen y se les conoce como ríos atmosféricos (RA). “La lluvia que cae sobre el centro-sur de Chile es mayormente alimentada por vapor de agua que ha viajado miles de kilómetros desde su origen en el Pacífico ecuatorial y subtropical”, explica, René Garreaud, director del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2 en su artículo “Ríos en el cielo, ríos en la tierra”.
Los ríos atmosféricos son largos y angostos corredores de flujo horizontal de vapor de agua. “Se ven como grandes filamentos, o brazos de humedad, que se desprenden desde las zonas tropicales y que viajan por miles de kilómetros. Su máximo flujo de humedad ocurre a sólo uno o dos kilómetros de la superficie y es la acción del viento la que hace que esta humedad se comience a transportar”, detalla, Diego Campos, climatólogo de la Dirección Meteorológica en su publicación “El largo viaje del agua que nos llueve”.
Pero no siempre cumplen la ruta completa, porque apenas surgen “es muy posible que se condensen y precipite en los siguientes días, por lo que el vapor no alcanza a recorrer todo el río. Esto explica cerca del 50% de la precipitación sobre los océanos en las latitudes medias”, afirma Garreaud, doctor en ciencias atmosféricas.
Cuando el vapor de agua, que viajó miles de kilómetros por el océano Pacífico, se conecta con un sistema frontal (baja presión) le aporta a este una gran cantidad de lluvia, la cual puede caer de manera torrencial en un lapso acotado.
René Garreaud describe que “el efecto más notable de los ríos atmosféricos ocurre cuando arriban a las costas occidentales de los continentes, como el sur de Chile o el oeste de Norte América. En nuestro caso llegan entre 30 y 40 a la costa cada año, con mayor frecuencia entre las regiones del Bío Bío y Aysén. Como el aire debe ascender sobre las montañas de las cordilleras de la Costa y de los Andes, ocurre enfriamiento, condensación del vapor y precipitación. Así, los RA dan cuenta de más del 60% de la precipitación anual en gran parte de Chile”.
Diego Campos revela que “si lleváramos todo el vapor de agua que los ríos atmosféricos transportan sería algo así como el doble del caudal del Amazonas flotando sobre nuestras cabezas”.