La investigación publicada en la revista científica PLOS Genetics concluyó que “la altura puede ser un factor de riesgo no reconocido pero biológicamente plausible para varias afecciones comunes en adultos”, entre ellas, problemas cardiovasculares.
Aunque socialmente el ser alto o bajo está relacionado, en la mayoría de los casos, a cánones de belleza y hasta a condiciones físicas, la ciencia nos vuelve a demostrar que esto va más allá de un tema estético o de aptitud.
Una vez más, un estudio demostró cómo la estatura tiene relación con el desarrollo de ciertas enfermedades. Es así como el ser alto, por ejemplo, puede resultar un beneficio para el corazón; pero también podría ser un riesgo para desarrollar cáncer.
La investigación publicada en la revista científica PLOS Genetics, el pasado 2 de junio, refiere que “la altura puede ser un factor de riesgo no reconocido pero biológicamente plausible para varias afecciones comunes en adultos”.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron datos genéticos de más de 250.000 personas y han observado más de 1.000 condiciones y rasgos, según precisaron en su sitio web.
Este estudio, uno de los de mayor alcance hasta la fecha, encontró que ser alto puede representar una mayor amenaza de aparición de fibrilación articular, un tipo de arritmia; es decir, problemas cardiovasculares.
También determinaron que las personas de mayor estatura pueden padecer de: Neuropatía periférica, daños en los nervios que causan debilidad, entumecimiento y dolor en manos y pies; infecciones en la piel, huesos y varices.
"Hemos encontrado pruebas de que la estatura de los adultos puede influir en más de 100 rasgos clínicos, incluidas varias afecciones asociadas a resultados y calidad de vida deficientes", sostuvo el autor principal de la investigación, Sridharan Raghavan, especializado en estudios sobre la diabetes, obesidad y enfermedades coronarias en el Rocky Mountain Regional VA Medical Center, Colorado, Estados Unidos.