En el primer debate televisado de cara a las elecciones presidenciales en Brasil, el mandatario sacó a relucir las afinidades políticas de Lula da Silva, su contendor, con otros líderes de izquierda latinoamericanos, incluyendo Chile. Sin embargo, no entregó pruebas de sus acusaciones.
El debate televisado reunió a los seis principales candidatos, entre ellos el presidente Jair Bolsonaro y el ex mandatario Luiz Inácio Lula da Silva, quienes encabezan las encuestas de intención de voto y protagonizaron los choques más tensos de la noche.
Debido al gran número de candidatos, solo hubo dos cruces directos entre Lula y Bolsonaro, el primero en torno a la corrupción y el segundo, acerca de los programas de subsidios a los más pobres, además de un rifirrafe en las intervenciones finales.
Casi al término del debate fue cuando Bolsonaro sacó a relucir las afinidades políticas de Lula con otros líderes de izquierda latinoamericanos, afirmando que aplicaría en Brasil las mismas políticas de estos.
"El ex presidiario apoyó a Chávez, apoyó a Maduro. Y mira cómo está Venezuela", dijo Bolsonaro, quien también criticó la situación económica de la Argentina de Alberto Fernández.
Sin embargo, en relación a nuestro país, el actual presidente brasileño acusó que Lula apoyó en Chile a Gabriel Boric, quien "practicaba actos de prender fuego en el Metro", a Gustavo Petro en Colombia, "que quiere liberar las drogas" y a Daniel Ortega en Nicaragua, "que arresta sacerdotes y persigue monjas". Sin embargo, no presentó pruebas respecto a estas acusaciones.
Inaceptable, Jair Bolsonaro @jairbolsonaro acusó al presidente Gabriel Boric @GabrielBoric de haber quemado el metro en Chile pic.twitter.com/ciEtBpyDmp— Ian Salgado 🏳️🌈 🌳 🇨🇱 (@iansalgadov) August 29, 2022
Bolsonaro se despidió con su lema de campaña "Dios, patria, familia y libertad", mientras que Lula aludió a su experiencia de gobierno: "Sé lo que hice, sé lo que voy a hacer y por eso no caigo en la promesa fácil".
Todas las encuestas dibujan un escenario muy polarizado entre Lula, quien encabeza una coalición de diez partidos de tendencia progresista, y Bolsonaro, líder de la ultraderecha.
Los sondeos sitúan a Lula como favorito para ganar las elecciones, con cerca del 45 % de la intención de voto, frente al 30 % de Bolsonaro.