Enfrentar a delincuentes armados es una acción que ningún experto recomienda, pero se está convirtiendo en algo peligrosamente habitual. En Cerrillos, una mujer intentó frustrar un asalto justo cuando iba a comprar un almacén; en Rengo, fue el dueño del minimarket el que se enfrentó a golpes con los asaltantes. Los almaceneros han decidido instalar rejas para resguardarse.