Con tan sólo dos meses de edad, Royal fue ingresado a la Brigada de Adiestramiento Canino. Durante su servicio, trabajó en la búsqueda y rescate de víctimas de los terremotos de Chile y Haití en 2010 y además, fue quien encontró los restos del bebé incinerado en 2012 por la secta de Antares de la Luz en Colliguay.
Esta semana la Policía de Investigaciones (PDI) despidió con honores a uno de los perros más emblemáticos de la institución.
Se trata de Royal, un perro policial que era profundamente querido por su dueño y compañero de labores, el instructor Adolfo Valdivia, quien le dio un hogar al can cuando éste último pasó a retiro.
Royal nació el 5 de diciembre de 2005 y a los dos meses de edad fue ingresado a la Brigada de Adiestramiento Canino.
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Desde la PDI destacaron que su “olfato investigativo dejó una gran huella en sus compañeros y le permitió ser parte de la historia policial chilena”.
En ese lugar se convirtió en uno de los últimos canes en cumplir funciones de búsqueda de personas y sustancias ilícitas.
Durante sus 7 años de servicio, trabajó en la búsqueda y rescate de víctimas de los terremotos de Chile y Haití en 2010.
Además, participó en la investigación acerca de los hechos ocurridos en Colliguay. Royal fue quien encontró los restos del bebé incinerado en 2012 por la secta de Antares de la Luz.
Royal participó también en las búsquedas de Antonio Barría en Maullín el 2010 y Daniela Trigo en Calama el 2011.
El perro policial se retiró a fines de 2012 a causa de una artrosis en una de sus rodillas. Desde ese instante, Royal pasó otros siete años bajo el cuidado de su instructor y su familia.
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Finalmente, Royal falleció a causa de una patología asociada a su edad. Su compañero de vida Adolfo Valdivia recibió la ánfora con sus cenizas.
07/09/2019
17:00
