Un impresionante registro de ballenas jorobadas fue captado por un grupo de kayakistas en la Antártica a solo metros de distancia. Los cetáceos llegan a esta zona con el fin de alimentarse y luego para reproducirse viajan hasta 12 mil kilómetros. Se trata de un avistamiento cada vez más frecuente gracias al aumento de esta especie: si hace unos años la jorobada estaba en extinción por la caza furtiva, hoy el turismo ha fomentado su protección y se estima que en los océanos hay más de 60 mil ejemplares.