Si bien los especialistas enfatizan en la necesidad de mantener el distanciamiento físico con los adultos mayores, reconocen que desde el punto de vista emocional son más hábiles, más sabios y enfrentan de mejor manera una crisis. Aunque no por ello hay que abandonarlos: la tecnología y las llamadas telefónicas se vuelven fundamentales.
“El hecho que tengas muchos años de vida, te hace un experto en situaciones de crisis”, así de categórica es Susana González, médico y magíster en gerontopsiquiatra, quien afirma que esta población es muy heterogénea, por lo que hay personas que son más independientes que otras en esta etapa.
La también presidenta de la Sociedad Chilena de Psicogerontología dice que hay que hacer una distinción de la vulnerabilidad del riesgo físico que significa contagiarse con coronavirus, pero destacar también fortalezas y habilidades de lo que aporta la experiencia de vida.
“En definitiva, son las herramientas que han adquirido, porque desde el punto de vista emocional, son más hábiles, más sabios y se manejan mejor, porque han atravesado por más situaciones difíciles”, dice.
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Susana González entrega algunas recomendaciones que pueden servir para aquellas personas mayores que están más aisladas debido a la cuarentena: aprovechar el momento en que se los abastece de alimentos u otros víveres, llevarles fotos impresas de momentos importantes, escribirles una carta o dejarles lecturas entretenidas de revistas o libros.
El aislamiento es una experiencia dura dependiendo de los hábitos que tenían, explica González: “Aquellos que no estaban acostumbrados a socializar ni salir mucho, se les hace más fácil. En cambio a los que sí salían y socializaban más se les puede hacer muy difícil, pero lo importante es saber que son personas capaces de resistir esta situación”.
“El distanciamiento es físico y no social con las personas mayores”, se apura en advertir la psicóloga clínica, Mariel Becker, quien se ha especializado en un trabajo colaborativo como coordinadora de Respiro en Chile Cuida (Programa que va en ayuda de adultos mayores y sus cuidadores) y como encargada de este grupo en la Fundación de Las Familias.
“Debemos lograr que la sociedad sea un factor protector, porque la sensación de soledad promueve el desarrollo de enfermedades y es justamente lo que necesitamos evitar en esta crisis sanitaria”, afirma la profesional, quien asegura que se viene un desafío mayor que es combatir “un problema del que venimos hablando hace mucho tiempo, pero que ahora con la emergencia ha ido en aumento: la soledad de las personas mayores”.
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Para ambas especialistas en salud mental de los adultos mayores, la tecnología, la televisión o la telefonía pueden ser importantes canales de vinculación, pero también hay que buscar nuevas y creativas estrategias de participación social, justamente porque como uno de los problemas más grandes en la adultez mayor es la soledad. Ahora, con el COVID-19, la sensación aumenta porque se suman otras preocupaciones, como contagiarse de este virus, del que además es el principal grupo de riesgo.
“Lo importante -dice Mariel- es validar sus emociones, pensamientos y preocupaciones, que surgen en estos días. Muchas veces por evitar que la gente sufra, no le permitimos expresar su pena, estamos en un momento en el que vamos a tener que cambiar muchos paradigmas, uno de ellos es saber acompañarlos y funcionar juntos como sociedad y permitirles sentir sus emociones”.
Un simple llamado telefónico, aunque sea de un desconocido, puede apaciguar la sensación de soledad para algunas personas mayores y Fundación Amanoz creó este sistema de acompañamiento.
Si bien ya venían trabajando en un programa similar, la pandemia apuró el proceso e instalaron esta iniciativa “que ha tenido muy buena acogida”, cuenta Alejandra Valdés, directora ejecutiva de Amanoz.
Hay más de 200 voluntarios que acompañan a casi 300 adultos mayores y “lo más lindo es que ha unido a habitantes de distintas zonas del país”, enfatiza.
Fundación AMANOZ tiene 20 años y su finalidad es contribuir al bienestar emocional y afectivo de los adultos mayores, por lo que habilitaron el número +569 9188 3366 para que las personas que necesiten conversar puedan hacerlo con sus voluntarios que trabajan en eso, de lunes a viernes, de 9 a 18 horas y hasta tres veces a la semana, si así lo necesitan.
Para Alejandra Valdés ha sido un desafío abordar temas como un intangible, pero afirma enfáticamente que la soledad es cara y es cruel, porque “enferma, deprime, hace que tengas más riesgo de desarrollar demencia y equivale a fumar 15 cigarrillos diarios, según un estudio de la Academia de Psicología Americana”, detalla.
Para los especialistas que se han dedicado a trabajar con adultos mayores, ha habido importantes muestras de resiliencia en este grupo de personas y también han visto un incremento de la conexión con sus hijos y sus nietos.
“Ha habido una reacción muy bonita… como una reafirmación de los nexos ejecutivos y operativos de los hijos con sus viejos”, asegura Susana González, quien destaca “que no se puede hacer una comparación física y emocional, porque ellos han aprendido a sacar fuerzas de alguna parte y eso los convierte en un grupo muy hábil para manejar estas y otras situaciones difíciles”.