El análisis que realizaron desde la U. de Chile dio cuenta de la necesidad de continuar saliendo a trabajar aún con la restricción. En el caso de comunas como Las Condes o Vitacura la movilidad bajó casi un 50% al aplicarse la medida de confinamiento, lejos del caso de Puente Alto o El Bosque.
Un estudio del Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería de la Universidad de Chile (ISCI), en colaboración con la Universidad de Stanford, arrojó resultados sobre la movilidad de las personas de la Región Metropolitana a medida que se han aplicado medidas de confinamiento en las diversas comunas que la componen.
"El estudio demuestra que hay mucha diferencia, y nosotros tratamos de indagar de dónde vienen estas diferencias", aseguró el académico de la ISCI, Marcelo Olivares.
Esto, pues el trabajo comparó la movilidad de las personas en los meses de marzo y abril durante días hábiles, análisis que comprobó que en comunas como Las Condes y Vitacura la movilidad bajó entre un 45% y un 48% hacia fines de marzo, cuando se implementaron cuarentenas en estos sectores.
Esta situación contrasta con lo observado en comunas como El Bosque, Puente Alto o Quinta Normal, donde la movilidad en período de cuarentena llegó sólo a entre 15% y 25%.
Lee también: Directora (i) del INE por desempleo en pandemia: "Deberíamos esperar que la cifra aumente""Mientras que comunas de estratos socioeconómicos más altos mostraron una reducción importante de movilidad, incluso antes de estar sometidas a cuarentenas obligatorias, comunas de menores ingresos muestran reducciones de movilidad bastante más bajas", sostiene el informe.
En ese sentido, Olivares plantea que después del 16 de marzo se aprecia una disminución general de la movilidad que coincide con el cierre de colegios. "El efecto de las cuarentenas voluntarias en ese momento fue muy heterogénea. En comunas de mayores ingresos, la movilidad disminuyó un 30% y la semana siguiente un 40%, mientras que, para comunas de menores recursos la disminución fluctuó entre un 10% y un 20%”.
El trabajo fue realizado en conjunto con Entel, quienes compartieron la información analizada por la ISCI.
En la semana del 27 de marzo comenzaron las cuarentenas en el sector oriente, “incluyendo las comunas de Santiago, Ñuñoa, Las Condes y Vitacura, reduciendo estas su movilidad entre cinco a ocho puntos porcentuales adicionales respecto al período de cierre de colegios”, agrega el documento.
En comunas como Puente Alto, El Bosque y Quinta Normal, donde se decretaron cuarentenas durante las dos últimas semanas de abril, en tanto, no se observó una reducción de la movilidad de las personas. Uno de los gráficos del estudio muestra incluso que en Puente Alto y El Bosque la movilidad aumentó después de las cuarentenas. Por otra parte, en comunas de mayores ingresos, que salieron de cuarentenas, la movilidad se mantuvo bastante por debajo de aquellas en las que estaba vigente la medida.
"Si esperamos ver cuál fue el efecto que tuvo el contener la propagación del contagio tarda dos semanas. Es decir, nos estamos demorando mucho entre que probamos una estrategia de mitigación y observamos si esta funcionó o no", agregó el académico.
Lee también: Mañalich tras polémicos dichos sobre pobreza en la RM: "Sigo contando con el soporte del Presidente"El informe plantea que la efectividad de las cuarentenas está fuertemente influenciada por factores socioeconómicos. “Los resultados sugieren que la efectividad de las cuarentenas en comunas de menores ingresos depende crucialmente del diseño e implementación de políticas públicas complementarias que faciliten a sus habitantes poder respetarlas”, indicó Olivares.
Señala, asimismo, que entre las conclusiones de este trabajo se confirma la “dificultad de implementar cuarentenas obligatorias en comunas de menores recursos, donde la gente vive al día y genera sus ingresos con su trabajo diario".
"Creemos indispensable que al aplicar las cuarentenas en comunas de menores niveles socioeconómicos, el gobierno las complemente con herramientas que apoyen a sus habitantes y provea de recursos para cubrir necesidades urgentes”,añadió.
El estudio usó datos estadísticos e información del uso de infraestructura de telecomunicaciones agrupadas a nivel de zona censal. Una zona censal tiene alrededor de 2 mil y 3 mil habitantes y permite garantizar la anonimidad de la información de los individuos.
Estos datos permiten determinar la zona de hogar, donde las personas se encuentran frecuentemente en horarios de no trabajo, y el flujo desde estas zonas a otras durante horarios de trabajo de lunes a viernes.
El flujo de movilidad se analizó respecto a las dos primeras semanas de marzo, antes de la declaración de la fase 2 de la pandemia por COVID-19 en Chile. Estas semanas “base”, que tienen esencialmente cero variación, permite conocer la movilidad usual de cada zona para compararla con los períodos posteriores, cuando comenzaron a implementarse medidas como los cierres de colegios y las cuarentenas. Dicha elección se basó en que los casos detectados en aquellas fechas correspondían a casos aislados y trazables.