La caída en la industria aeronáutica y el turismo obligó a que las aerolíneas modificaran sus protocolos de viajes para brindar confianza a los pasajeros y, al mismo tiempo, intentar revertir las históricas pérdidas económicas generadas desde el inicio de la pandemia.
Manuela Tironi vive en Washington DC, pero tuvo que viajar a principios de mayo a nuestro país por trámites personales. Para volver a su casa en Estados Unidos, compró el 3 de junio un pasaje en el vuelo Latam LA 500 en la categoría Premium Economy, que partía el día siguiente a las 23:10 horas.
Al comprar el boleto y seleccionar los asientos, nos dice que, por el tipo de ticket que pagó, Latam le permitía seleccionar con preferencia y que "en las filas con tres corridas de asientos solo se podían seleccionar ubicación en cualquiera de los dos asientos que están en los extremos y nunca en el de en medio para mantener la distancia social dentro del avión”.
Manuela eligió viajar en el de la ventana, el puesto del medio debía estar vacío y el otro pasajero de su misma fila debía quedar ubicado en el que da al pasillo. Al otro día, al llegar al counter del aeropuerto, preocupada por los asientos en el contexto de la emergencia por el coronavirus, preguntó si había mucha gente en el vuelo, pensando en la posibilidad de cambiar de ubicación, pero le indicaron que no se preocupara porque Latam cumplía con los protocolos establecidos.
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Manuela Tironi indica que "la tripulación pidió usar mascarilla, la mayoría de los pasajeros las portaban, pero no las usaban correctamente, las tenían en la barbilla o sin cubrir la nariz, pero nadie fiscalizó si estaba bien o no”. Esto habría ocurrido pese a que en el vuelo iba todo tipo de gente, como niños y personas de la tercera edad, asegura: "había dos ancianos que entraron con silla de ruedas, no iban tan atrás como yo, pero ciertamente siento que nadie resguardó nuestra protección frente al coronavirus".
Al preguntar a Latam sobre este caso, nos indicaron que "lamentan la situación de la pasajera, pero los criterios y acciones de cara a la contingencia de coronavirus están claramente descritos en nuestra página web".
Pero además, desde la compañía agregan que "de acuerdo a la empresa, la opción de bloqueo de asientos se genera en la medida de lo posible, ya que, en línea con las recomendaciones de la instituciones internacionales de referencia en la materia (IATA) el riesgo de transmisión de virus y gérmenes a bordo de un avión no se reduce con medidas como el bloqueo de asientos".
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Efectivamente, según las recomendaciones vistas en la página web de IATA, se puede ver que "no recomiendan restringir el uso del asiento del medio para crear distancia social dentro del vuelo", agregando que "la evidencia, aunque limitada, sugiere que el riesgo de transmisión del virus al interior del avión es bajo, incluso, sin medidas especiales".
Iata, en conjunto con el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, por sus siglas en inglés) y el Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI), anunciaron esta semana un protocolo global de seguridad basándose en recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC), como forma de resguardar la salud de pasajeros y trabajadores.
Entre las recomendaciones están:
Los protocolos también incluyen la limpieza profunda de todas las áreas del avión, limitar los movimientos en la cabina y la capacitación de todo el personal sobre las medidas de higiene y control de infecciones.
Mientras que para los operadores turísticos se recomienda:
Estas medidas se suman a las directrices globales de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) para retomar la actividad aérea, que consideran además del uso de mascarillas y desinfección de áreas, el monitoreo de salud antes y después del vuelo; el monitoreo de contactos de los pasajeros y trabajadores; la aplicación de un formulario de declaración de salud del viajero según las recomendaciones de las autoridades de salud pública y la detección de pruebas en tiempo real, de forma rápida y confiable.
Sin duda un cambio drástico en la forma en que estábamos acostumbrados a viajar en avión y que buscan reactivar la industria del turismo y la aviación ante la dramática caída que han experimentado los vuelos y la demanda de pasajes desde que comenzó la crisis por la pandemia del COVID-19 en el mundo.