Johan Giesecke, epidemiólogo sueco, dice que las cuarentena rígidas no sirven y asegura que sin una vacuna no hay forma de detener el COVID-19.
El epidemiólogo sueco Johan Giesecke, quien es el arquitecto de la estrategia de su país frente al coronavirus, asegura que un confinamiento suave es el camino correcto.
En Suecia han optado por una forma de control alternativa, con escasas restricciones. Sí están prohibidas las reuniones de más de 50 personas, pero los jardines y escuelas se mantienen abiertos, mientras los restaurantes, bares, cines y gimnasios siguen funcionando.
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Luego, añadió: "Creo que los resultados serán muy parecidos en todos los países. Esta enfermedad se propaga como un incendio y lo que uno hace no cambia demasiado. Todos se van a contagiar el virus. Todos en el mundo al final. Hasta que haya una vacuna".
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Finalmente, afirmó que las cuarentenas muy rígidas son un riesgo para la democracia: "Es una situación en la que los hombres y las mujeres fuertes ven una oportunidad de obtener más poder. Por ejemplo hoy Hungría tiene un dictador, Viktor Orbán, y pasa en otros países, también en el Reino Unido, por ejemplo, los gobiernos quieren lograr más poder, y podría también pasar en América Latina. Es una oportunidad para que aquellos que quieren poder, lo consigan. Y yo creo que ese es el mayor riesgo de esta pandemia. Por supuesto que la enfermedad y las muertes son un gran riesgo, pero las consecuencias políticas creo que son peores".