Para prevenir complicaciones en la salud mental, situaciones de violencia y evitar aglomeraciones, la diputada RN propuso al Gobierno suspender la venta de alcohol. De no acogerse su idea, planteó la necesidad de aumentar los impuestos a esas bebidas.
La diputada Ximena Ossandón (RN) pidió que el Gobierno imponga "Ley Seca" en Chile durante la emergencia sanitaria por el COVID-19, argumentando que la venta de alcohol no es un servicio de primera necesidad y que podría ser perjudicial para la salud mental.
“Todos sabemos que el consumo nocivo de alcohol está asociado con riesgos no sólo para los bebedores, sino también para otros. Una persona ebria puede poner a otros en peligro a través de comportamientos violentos que afecten a sus parejas e incluso a sus hijos", argumentó la parlamentaria.
En la misma línea, recordó que estudios realizados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) indican que el alcohol aumenta los síntomas de depresión, ansiedad, miedo y también pánico, "sobre todo en situaciones de encierro y falta de contacto físico. Y eso lo hace aún más peligroso”.
En 2019, la misma diputada presentó un proyecto para aislar las góndolas de alcohol en los supermercado y otro para prohibir su venta a través de aplicaciones de delivery.
Lee también: Cuarentena y adicciones: El estrecho vínculo del aislamiento con el aumento en el consumo de drogas y alcoholEn esta ocasión, sostiene que al estar en una situación de emergencia, las aglomeraciones para comprar alcohol por diversión personal "no tienen ningún sentido en este momento de aislamiento y distancia social. Ni hablar de los delivery que siguen vendiendo a diestra y siniestra alcohol, sin que sepamos con certeza si la venta la están haciendo también a menores".
Además, dijo que le parece "injusto" que en las comunas con cuarentena las botillerías tengan prohibición de funcionar, mientras que tanto en supermercados como por delivery se continúa vendiendo bebidas alcohólicas.
“En caso de no acoger esta idea, al menos debería considerarse la restricción al acceso a góndolas específicas en supermercados, restringir los permisos de venta de alcohol, definir horario de atención breve en algunos lugares no cuarentenados o establecer una limitación a la venta de miligramos etílicos por persona registrada. También podría ser el momento de cobrar impuestos directos al alcohol y a las patentes de los intermediarios, porque ahora incluso estamos viendo tremendos ofertones por internet para que la gente consuma más alcohol, aprovechando que está en casa”, concluyó.