El único detenido por el crimen de la joven embarazada quedó en prisión preventiva en la Cárcel de Alta Seguridad. Se le imputan los delitos de homicidio calificado con alevosía, inhumación ilegal y aborto.
Felipe Rojas, el único imputado por el crimen de Fernanda Maciel, fue formalizado en el Centro de Justicia por los delitos de homicidio calificado con alevosía, inhumación ilegal y aborto.
El joven quedó en prisión preventiva en la Cárcel de Alta Seguridad. El plazo de investigación será de 120 días.
En la audiencia, que comenzó cerca de las 11:30 horas, la Fiscalía Centro Norte detalló que efectivamente ambos se reunieron en la bodega el 10 de febrero de 2018, día en que la joven embarazada desapareció.
Además, la fiscal Macarena Cañas señaló que, una vez al interior del inmueble, el joven de 25 años estranguló a la víctima con una tela y con ese mismo género le ató las manos. Luego la estranguló, provocándole la muerte y el posterior aborto.
Según la Fiscalía, una vez que Fernanda estaba fallecida, Rojas excavó al interior del inmueble y depositó el cuerpo envuelto en una tela, para posteriormente cubrirlo con cal y tapar el agujero con cemento.
También se detalló que en el cuerpo de Fernanda había rasgos de violencia en el cuello, por lo que la tesis del accidente no tiene asidero. De hecho, según el pre informe de la autopsia realizada por el Servicio Médico Legal (SML), no había fractura en el cráneo y las marcas por estrangulamiento eran evidentes.
Además, la fiscal señaló que el cuerpo estaba bien conservado, tanto que el tatuaje estaba con sus colores.
Aunque todavía no se ha establecido el móvil del crimen, la perito del SML, Vivian Bustos, entregó una hipótesis: que crimen habría sido un ataque sexual.
La fiscal además relató que el lunes 12 de febrero de 2018, Rojas ingresó a la bodega en bicicleta con un saco de cemento y luego con un saco de cal. Por ello, se solicitó a la BRIUP que fuera a todas las ferreterías para comprobar las compras de dichos productos.
En febrero de este año, los peritajes concluyeron que ese día, a las 9:22 de la mañana, él estuvo en la ferretería “El Dato” y compró un saco de cemento de 25 kilos marca “San Juan”.
En enero de este año, cuando se le preguntó a Felipe qué hacía con un saco de cemento, señaló que los encargados de la bodega, César Rivera y Francisco González, le pidieron pintar una gruta donde hay una virgen con cal, además de reparar una loza. Según la fiscal, esta información fue desmentida por estas personas.
La Fiscalía Centro Norte detalló que Natalia, una ex pareja de Felipe, entregó una confesión que fue clave para hallar el cuerpo de Fernanda.
Según contó a las autoridades, en enero de este año, luego de ver un reportaje de CHV Noticias sobre el caso, Rojas le confesó entre llantos que Maciel estaba muerta. En ese momento le dijo que Fernanda se había resbalado, golpeándose en la cabeza, al parecer con una silla o una mesa, que luego se desmayó y cuando intentó levantarla, empezó a convulsionar.
La joven señala que le preguntó que por qué no pidió ayuda, si había sido un accidente, pero él dijo que estaba "muy volado y tomó malas decisiones". Por eso la enterró en la bodega, luego formateó el teléfono de Fernanda y lo vendió en el Persa Zapadores.
Pese a que en su primera declaración Felipe Rojas aseguró que no se concretó su encuentro con Fernanda Maciel el 10 de febrero de 2018, la Fiscalía Centro Norte realizó un peritaje a las cámaras de seguridad y estableció lo contrario.
Ese sábado, Rojas ingresó a la bodega a las 17:17 horas y a las 17:28 lo hace la víctima. Luego, hay diferentes ingresos y salidas de Felipe al recinto.
Ese lunes 12 de febrero, a las 8:41 horas él entra al inmueble y sale a las 9:13. Luego, a las 9.32 se lo ve ingresando nuevamente con un saco de cemento, para volver a salir a las 9:56 horas. Vuelve a ingresar a las 10:17 y a las 10:36 barre la entrada del garaje. A las 12:37 sale, vuelve a entrar a las 14:28 y nuevamente sale a las 14:32. Luego, a las 14:53 ingresa otra vez con un saco de cal. A las 16:18 Felipe sale por última vez durante ese día.
Según César Rivera, encargado de la bodega, el joven había pedido permiso para ausentarse de su trabajo el 12 de febrero para salir a buscar a su amiga.
Dos días después, los llamó para decirles que no trabajaría más con ellos, pues había encontrado otro empleo.
De acuerdo al testimonio de César Rivera y Francisco González, encargados del recinto, Rojas les pidió que dijeran a la policía que le habían entregado las llaves de la bodega solo de lunes a viernes.
Señalaron que en ese momento se notaba nervioso. “No era el Felipe que conocemos”, afirmó uno de los testigos.
En desarrollo...