El presidente de Blanco y Negro habló con la prensa donde manifestó que los jugadores le dieron la espalda a su institución. Las diferencias por cambios contractuales no se pudieron solucionar, teniendo que recurrir a la nueva Ley de Protección al Empleo.
Antes que todo, Aníbal Mosa es un empresario. Blanco y Negro, como casi toda empresa en medio de la crisis sanitaria, ha debido readecuar sus presupuestos para enfrentar la difícil situación económica.
En algunos casos se llegan a acuerdos, en otros no. Este segundo escenario es el que enfrenta a la dirigencia de Colo Colo y sus jugadores, quienes no encontraron un consenso en las negociaciones de reajuste salarial provocado por la inactividad debido al COVID-19.
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Los ingresos otorgados por el CDF no fueron suficientes para sustentar los altos sueldos del plantel albo. Y los problemas se hicieron aún más tangibles tras declaraciones ofrecidas por la dirigencia de Blanco y Negro, representadas en su timonel.
“Tengo una cercanía importante con la mayoría de los jugadores. Pienso que le han dado la espalda a su institución”, comentó un visiblemente afectado Mosa.
“Nos hemos visto obligados a algo que no queríamos hacer que es recurrir al seguro de protección del empleo”, señaló.
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De esta manera, el presidente de la institución ratificó sus palabras donde había reconocido que nunca pensó que se generaría este quiebre, lo que lo había desilusionado enormemente.
Para finalizar, el dirigente de origen sirio utilizó la frase “la sangre llegó al río”, para metaforizar sobre las grandes diferencias con el plantel, quienes, dentro de sus exigencias, dijeron que aceptaban una rebaja temporal de los sueldos, pero restituidos en un 100% en 2021, y a diciembre de 2020 en el caso de los jugadores que terminan contrato.