El relato audiovisual producido y protagonizado por la fallecida ex estrella de los Lakers explica los motivos que lo llevaron al retiro.
Amor y sacrificio. Eso es lo que relata Kobe Bryant en “Dear Basketaball“, el corto animado con el que ganó un Premio Oscar en 2018.
Una historia que pasa por los distintos hitos de “Mamba” en toda su exitosa carrera en el básquetbol junto a LA Lakers. Corto que termina explicando el por qué de su retiro, que no tiene que ver con sus ganas, o estado mental, sino que las lesiones le pasaron la cuenta.
Lee también: ¿Quién es Kobe Bryant? Vida, carrera y otros datos de la estrella del baloncestoQuerido básquetbol,
Desde el momento en el que empecé a ponerme las medias de jugar de mi padre, disparando mi imaginación con tiros ganadores en el Great Western Forum, supe que una cosa era verdad: quedé enamorado de ti. Un amor muy profundo al que le entregué todo, desde mi mente y mi cuerpo hasta el alma y el espíritu.
Siendo un niño de seis años, profundamente enamorado de ti, nunca vi el final del túnel, solo me veía a mí mismo corriendo para salir de uno. Y corrí, corrí hacia arriba y abajo de cada cancha, después de cada balón perdido, por ti. Exigiste mi empuje, te di mi corazón, porque eso vino con mucho más.
Lee también: El día en que Kobe Bryant denunció el racismo en el fútbolAtravesé el sudor y el dolor, no porque el desafío me llamase, sino porque tú me llamaste. Hice todo por ti, porque eso es lo que haces cuando alguien te hace sentir tan vivo como tú me has hecho sentir.
Concediste a un pequeño niño de seis años su sueño Laker, y siempre te amaré por ello. Pero no puedo amarte de manera tan obsesiva por mucho más tiempo. Esta temporada es lo último que tengo que dar. Mi corazón puede atajar los golpes, mi mente puede lidiar con la dura rutina, pero mi cuerpo sabe que es tiempo de decir adiós.
Y eso está bien. Estoy listo para dejarte ir. Quiero que lo sepas para que ambos podamos saborear cada momento que dejamos juntos. Los buenos y los malos. Nos hemos dado todo lo que tenemos mutuamente.
Y los dos sabemos que no importa lo que haga después, siempre seré ese niño con las medias y los cubos de basura en la esquina: "05 segundos en el reloj, balón en mis manos 5. 4. 3. 2. 1"
Siempre te amaré,
Kobe