Se trata del chileno de 40 años Roberto Tobar, quien en 2012 fue sancionado por la ANFP por participar en partidas de póker donde se tejía el destino de quienes iban a estar en los partidos del fútbol local.
Desde que la Conmebol anunció que el chileno Roberto Tobar sería el árbitro a cargo de la primera gran final de la copa Libertadores entre Boca y River, todas las miradas se posaron en este juez de 40 años.
Claro, porque medios argentinos, tras enterarse de la noticia, comenzaron a hacer memoria y a buscar entre sus archivos el pasado del connacional que será el juez en este determinante encuentro deportivo.
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¿Por qué este hombre del pito que había parecido con un potencial enorme de pronto desapareció de las canchas?, señala el artículo publicado por diario Olé, publicación que señala que una suspensión ejemplificadora que la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) de Chile le aplicó en noviembre de 2012 al juez, sería la razón de las dudas que genera en el país vecino, ya que formaba parte del “Club del Poker”, donde un grupo de árbitros designaba quienes eran los indicados para arbitrar ciertos encuentros.
“Cuando dicen que las amistades peligrosas te pueden jugar en contra, no es chiste. Porque en esos años donde el arbitraje chileno era un caos, un grupo de jueces de líneas que fueron echados decidieron hacer público lo que pasaba en su gremio sin que nadie lo supiera”, señala la publicación.
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“El Director del Área de Desarrollo de los árbitros, Mario Sánchez, armaba partidas de poker en un departamento del centro de Santiago con otros colegas. Ahí, entre una que otra escalera real y algún full, mientras corría el alcohol, se tejía el destino de los que iban a estar en los partidos del fútbol chileno”, precisa Olé.