Contra todo pronóstico médico tras recibir once puñaladas en su cuerpo, la profesional de la salud recibió el alta el pasado miércoles. De esa manera, pudo regresar a casa justo un día antes del cumpleaños de su hijo mayor, dándole consuelo a toda una familia que quedó consternada con la brutalidad de este suceso registrado en las cercanías de su trabajo.
Pola Álvarez terminó su turno en la Clínica Cordillera de Las Condes y, como era de rutina, se dirigió hacia su casa. Fue en ese trayecto cuando sufrió un brutal ataque que la dejó con 11 puñaladas en diferentes partes de su cuerpo, debiendo ser rápidamente trasladada al recinto donde trabaja y en el que se mantuvo internada durante cuatro días, hasta que recibió el alta médica el pasado miércoles.
"Nadie se lo esperaba. Que saliera tan pronto de la clínica, dada la gravedad de las heridas. Es decir, tampoco que sobreviviera a un ataque de once estocadas. Para mí ella es una heroína", dijo a LUN Patricio Álvarez, padre de la víctima.
Como si todo hubiese sido parte de un milagroso plan, Pola consiguió regresar a casa justo un día antes de que su hijo mayor cumpliera 7 años, pudiendo ser parte de la celebración que había organizado con más de un mes de anticipación.
"Ella se siente muy afortunada de poder estar en el cumpleaños de su hijo. Eso era lo que más le complicaba mientras estaba internada, porque lo tenía preparado. Esta celebración le levanta el ánimo y el de toda la familia en realidad", añadió su padre.
Una emoción que fue ratificada por la propia afectada, quien señaló al medio citado que "cuando me dieron el alta médica fue la sensación más hermosa que pude tener, por mis dos hijos. Sentí emoción, alegría, felicidad. Muchas sensaciones positivas".
Respecto del ataque que la mantiene en reposo absoluto en su domicilio, Pola sostuvo que "me sentí muy vulnerada con el ataque que sufrí, pero soy joven y fuerte y voy a salir de esto. Voy a seguir adelante".
Según Patricio, lo primero que hizo su hija al regresar a su casa el 29 de junio fue llorar. "Ella lloró y todos lloramos, fue como una catarsis familiar. Estábamos todos esperándola para tomar once".
Pero la primera noche después de su alta médica también estuvo marcada por complicaciones asociadas a su comodidad, negándole la posibilidad de dormir bien. Situación contraria a la de su padre, quien dijo que ese "fue el primer día que dormí un par de horas desde el ataque que sufrió mi hija. Es que tenía que apoyar a la familia, porque esto generó un quiebre importante anímico. Sin embargo, hoy afortunadamente estamos más tranquilos".
Ahora la familia está concentrada en lo que pasará con los dos imputados por la violenta agresión. Se trata de Patricia Henríquez, una ex compañera, y Enrique Hanson, su pareja, quienes tras su formalización fueron dejados en prisión preventiva durante los 90 días que dure la investigación.
"Nosotros como familia no descansaremos hasta conseguir una condena. Ojalá sea la máxima, cadena perpetua, pero hay que esperar el juicio", señaló Patricio.
"Tengo muchísimas ganas de vivir, darle con todo para adelante, estar más fuerte que nunca", sentenció Pola respecto de su caso que impactó al país.