Patricio Álvarez aseguró que en el último tiempo la funcionaria de salud ha recibido amenazas y hostigamiento dentro de su ambiente laboral, luego que ella fuera ascendida de su cargo. "La clínica se lavó las manos", apuntó.
Durante la mañana de este domingo 27 de junio, una enfermera de la Clínica Cordillera de Las Condes fue apuñalada por dos sujetos cuando salía de su turno de noche.
La mujer de 32 años se desplazaba en dirección a su casa, ubicada a pocas cuadras del centro médico, donde fue abordada por los individuos que se movilizaban en una motocicleta. Posteriormente, se trasladó por sus propios medios hasta su casa para pedir la ayuda de su esposo y luego se trasladaron a la clínica para recibir los primeros auxilios.
Con el paso de las horas, la Fiscalía de Flagrancia Oriente descartó la tesis de robo, ya que los desconocidos no sustrajeron ninguna pertenencia de la víctima. En ese contexto, barajan la opción de un posible sicariato.
Respecto a esto último, Patricio Álvarez, padre de la enfermera, aseguró que en el último tiempo su hija ha recibido diversas amenazas dentro de su trabajo, luego que fuera ascendida de cargo.
En entrevista con Contigo en la mañana, Álvarez afirmó que "la historia se remonta hace un par de meses, donde efectivamente mi hija sufrió algunas amenazas por personal que trabajaba en la clínica. Y esto nació porque a ella la subieron de rango y le hicieron contrato indefinido. Ella ya llevaba alrededor de tres años trabajando en la clínica, pasó toda la pandemia apoyando a la gente de urgencia y cuando le dan este nuevo puesto, empezaron las amenazas".
En ese sentido, indicó que las intimidaciones han sido "de todo tipo", desde emplazamientos cara a cara hasta llamados telefónicos. "Empezaron con el típico empujón, cuando estaba en el casino de la clínica le daban vuelta la comida o estaba en una operación en urgencia y le sacaban la mascarilla de un tirón. Era una especie de bullying colegial", detalló.
El papá de la víctima también expuso una dura amenaza que recibió esta semana. "Empecé a tomar cartas en el asunto, ya que una persona que trabajaba con ella le dijo que 'no se preocupara', que ella iba a cuidar de sus hijos. Eso fue bastante duro para nosotros", señaló.
Fue en ese momento que le recomendó a su hija que siguiera los conductos regulares del centro médico para denunciar estos hechos. "Le pedí que hablara con el fiscal de la clínica y su jefa directa, para que hiciera la denuncia en la 47° comisaría de Las Condes o directamente en Fiscalía, cosa que no hicieron estando en conocimiento que esto iba creciendo", apuntó.
"Esto deriva en que en la salida de su turno, a las 9 de la mañana, ella se da cuenta que entrando a su pasaje que habían dos tipos en una moto y vio que en el teléfono de celular de uno de ellos estaba su foto. Entonces, claramente la estaban esperando (...) Cuando se da cuenta de esto, empieza a correr, este tipo se le cuelga del cuello y le pega 11 estocadas con un cuchillo de alrededor de 20 a 30 centímetros", relató.
El ataque no comprometió ningún órgano vital de la enfermera, pero Álvarez reveló que "el médico me decía que llegó a un centímetro del corazón. Tiene múltiples estocadas en el estómago, en sus manos, sobre la ceja, en la clavícula izquierda y más todas las erosiones porque cayó al suelo".
En diálogo con el matinal de Chilevisión, el hombre también apuntó a la responsabilidad de la Clínica Cordillera. "¿Por qué no tomó cartas en el asunto cuando tenía todos los antecedentes para hacerlo? Yo le informé a mi hija que tenía que hacer esto a través de los conductos regulares y llegar a tomar acciones sobre las personas que eran conocidas, porque esto no sólo le pasó a mi hija. La clínica se lavó las manos".