Sebastián no lo dudó y
aceptó un inédito desafío propuesto por
Gran Hermano: Debía
besar a 3 jugadores distintos de la casa para, a cambio, ganar una
cena romántica con quien él quisiera. En eso, mientras tanteaba terreno para cumplir con el reto, se cruzó con
Francisco Arenas y decidió que él sería uno de los escogidos.
"No me preguntes nada... dame un piquito", le dijo al participante,
quien confió en Ramírez y accedió a dar el beso. "
Estoy contento por mi amigo. Lo vi tan preocupado que se lo di.
Dije 'algo tiene que estar haciendo', pero con ninguna mala onda",
expresó tras conocer el trasfondo de la curiosa petición.