“¿Quién fiscaliza a la Seremi?”: Trabajadores de residencias sanitarias denuncian que no han recibido el sueldo

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No es primera vez que las residencias sanitarias están en medio de la polémica. Ahora son sus trabajadores los que denuncian irregularidades: problemas con los contratos, con los pagos de sueldos, falta de insumos y algunos de ellos, incluso, en mal estado.

Estos establecimientos son una de las principales estrategias para controlar la propagación del COVID-19 que implementó la autoridad sanitaria en nuestro país. El objetivo es que quienes no puedan realizar una correcta cuarentena en sus hogares, se dirijan a estos lugares gratuitos.

Alimentación, monitoreo de salud, higienización, personal capacitado y protocolos son parte de los servicios que se entregan en estos lugares, para aquellos que desarrollaron la enfermedad de manera leve o muy leve.

Actualmente hay 157 residencias sanitarias a lo largo del país, lo que entrega un total de 10.848 cupos. De ellos, poco más de la mitad están ocupados: hay 5.505 pacientes en estos hospedajes.

Sin embargo, tras sus paredes, sus funcionarios denuncian una serie de problemas, los que habrían comenzado cuando las seremías de Salud se hicieron cargo de los recintos.

Falta de insumos y poca claridad

Alexa Contreras es técnico en enfermería. Trabajó desde junio en la residencia sanitaria que se implementó en el Hotel Capital en la comuna de Santiago. Lugar que tenía cupo para 600 pacientes y que denuncian, cerró este miércoles 12 de agosto de manera abrupta. Pero ese no es el único problema.

Aún no le pagan el sueldo de julio y tampoco los días trabajados en agosto, dice que no hay una respuesta concreta por parte de las autoridades.

“Nosotros iniciamos el contrato con el Servicio de Salud Metropolitano Norte, quien pagó primero los sueldos. Posterior a esto, la seremi se hizo cargo de las residencias desde el 1 de julio. Ninguna autoridad de la seremi conocimos hasta los primeros días de agosto”, nos cuenta Alexa, quién además asegura que no han firmado un contrato de trabajo.

Inestabilidad laboral que se suma a las denuncias que realiza por la falta de insumos: “Llegó un momento en que no pudimos dar alta de pacientes, porque no teníamos papel. A ese nivel. No podíamos imprimir las altas, porque no había resmas de papel. Las tiras radioactivas de los hemoglucotest estaban vencidas hace dos meses, por ende, los resultados eran erróneos”.

Un hecho que confirma no sólo la enfermera jefa de esta residencia, Natalia Márquez, sino también el encargado de farmacia e insumos, Pablo Pérez.

Este último asegura que “siempre estuvimos al borde de los insumos, peleando porque nos mandaran cosas”. Así responde al ser consultado por la disponibilidad de otros elementos en la residencia sanitaria.

Por su parte, Natalia Márquez agrega, que el 8 de julio, personal de la Seremi de Salud preguntó por los insumos que tenía a su disposición. Señala que envió un correo con preguntas, en el que también consultaba por asuntos administrativos y que no tuvo respuesta.

“Lo reenvié alrededor de 13 veces a 5 o 6 personas diferentes. Nunca tuve respuesta”, asegura Márquez y en cuanto a los insumos, señala que no conseguían la cantidad que solicitaban y que “llegaban por goteo”.

Finalmente, este 12 de agosto la residencia debió ser entregada y su personal se encuentra sin una respuesta sobre su futuro laboral.

“Ahora que la residencia se cerró existen distintas respuestas. Primero, que nos van a reubicar a todos, después, que no nos van a reubicar a todos. Tampoco nos pueden desvincular ahora, porque no hemos firmado nada. Están fuera de los márgenes de la ley”, acusa Alexa Contreras.

Y Pablo Pérez agrega que “nos dijeron que la fecha de pago para todas las personas que habíamos firmado un documento, que nos hicieron firmar todo apurado, era el 10 de agosto y no llegaron los pagos, no le llegó a nadie y hablo de residencias de Arica a Punta Arenas, porque tengo conocidos en residencias en regiones y lo mismo, no les llegó el pago”, asegura.

Y también nos cuenta que cuando “llegó el momento de firmar los contratos por julio, que los firmamos en agosto, la documentación estaba mala, los sueldos no correspondían lo que decía a lo que nosotros teníamos dicho de antes, los RUT estaban malos, todo mal”, señala el técnico en enfermería encargado de la farmacia.

Eso, asegura, fue uno de los puntos que desató el conflicto. Ahora son 180 trabajadores que no saben sobre su futuro, entre ellos algunos estudiantes. “Soy la cara visible y eso no lo entiende seremi, yo tengo que dar respuestas que ellos no me dan de manera concreta y manera formal”, alega Natalia Márquez, enfermera jefa.

De hecho, nos indica que hace tres días se les confirmó el cierre definitivo de la residencia sanitaria: “De manera abrupta nos dicen que estábamos entre las que se iban a cerrar y de un día para otro nos dicen que se cierra. Estuvimos trabajando bajo la incertidumbre de lo que va a pasar. Hoy es 12 de agosto y todos no sabemos dónde vamos a hacer reubicados”.

Y concluye con la siguiente reflexión: “Mi cuestionamiento es si ésta ha sido una de las mejores residencias a nivel de Región Metropolitana, es la más grande, ¿por qué siguen manteniendo residencias con cantidades minúsculas de personas y no mantienen ésta que ha funcionado clínicamente de manera correcta?”.

“En varias ocasiones nos tocó hacer una colecta entre los compañeros”

No sólo funcionarios de esta residencia en Santiago hacen denuncias por irregularidades en pagos o por falta de insumos y servicios básicos.

Andrea Becerra es médica cirujana de una residencia sanitaria en la comuna de Providencia que aún sigue funcionando. O lo era, porque nos cuenta que denunciar las horas excesivas de trabajo le ha traído problemas.

“No tengo ninguna carta de despido ni he puesto ninguna renuncia, lo que sí ha pasado es que me reiteran que la jornada laboral tiene que ser como está establecida, un día de trabajo de 24 horas y un día de descanso y bajo esas circunstancias no hay consideraciones especiales. Y no pido consideraciones especiales, lo que yo pido es que se respete el Código del Trabajo y que se nos haga una jornada laboral digna y a mí, dado que yo plantee eso, no se me asignó ninguna residencia, entonces estoy ahí en el aire”, asegura.

Lo que plantea esta profesional es que bajo esta modalidad estaría trabajando 360 horas al mes, lo que “vulnera los derechos de descaso del médico y de una jornada legal”.

La profesional de la salud también pone otro punto sobre la mesa, planteado ya por otros funcionarios del área en este artículo: la falta de insumos y también de medicamentos.

“En varias ocasiones nos tocó hacer una colecta entre los compañeros, porque no llegaban medicamentos como paracetamol, cosas bastante esenciales en el manejo de pacientes COVID para calmar la fiebre o dolores”, relata.

Al igual que los demás profesionales del área, tampoco ha recibido el pago de julio y por los días trabajados durante agosto.

Diego Fuenzalida, kinesiólogo, trabaja en el traslado de pacientes de residencias sanitarias. Comenzó en esta labor como part time en junio y también relata una serie de anomalías que impiden el correcto desempeño de su labor como profesional.

Nos cuenta que no han pagado sus imposiciones y que firmó un contrato hasta que “el proyecto de residencias sanitarias termine” y no sabe si eso será con previo aviso o de un día para otro.

Lo más impactante es lo que denuncia sobre sus condiciones laborales en una oficina perteneciente a la misma seremi, según nos cuenta.

“No sé qué pasaba, porque en la semana había agua, confort y jabón, pero los fines de semana y festivos desaparecía el agua de los baños y no había jabón ni confort. ¿Quién fiscaliza a la seremi? es como irónico”, indica Diego. Pese a que este “problema del agua” ya se solucionó no deja de llamar la atención que haya ocurrido.

Además, indica que no hay protocolos tan sencillos como el uso del baño para él y sus compañeros en residencias sanitarias. A veces, simplemente, no se lo prestaban pese a que había hecho un traslado que implicaba varias horas. En cuanto a los elementos de protección personal, el profesional indica que sí le entregan todos los insumos. Pero, ojo, hay otros que son escasos, según nos señala.

“No se nos entregan saturómetros, termómetros y a veces en residencias sanitarias, si un paciente se encuentra en malas condiciones al momento de llegar, nos hacen devolverlo o derivarlo a un centro asistencial y el reto nos llega a nosotros, pero nosotros no podemos ver las condiciones reales del paciente si los saturómetros que nos están pasando son 10 para 24 personas y sólo para turnos full time, los part time no tenemos”, denuncia Diego.

La respuesta de las autoridades

La respuesta de la Seremi de Salud de la Región Metropolitana llegó a través de un comunicado en el que se señala que, a raíz de la denuncia por el no pago de las remuneraciones de julio, “se están efectuando todas las gestiones y coordinaciones necesarias para que sus pagos comiencen a hacerse efectivos, desde el viernes 14 de agosto”.

Además, se indica que debido al Estado de Catástrofe por el coronavirus se han debido contratar profesionales para múltiples tareas: “Los funcionarios del Departamento de Recursos Humanos han tenido que modificar muchos de sus procesos para adaptarse a una dotación que ha triplicado la cantidad de funcionarios de la Seremi de Salud RM en tiempos de normalidad”.

Y concluye el comunicado de la autoridad sanitaria agradeciendo “la labor cumplida por todas aquellas personas que con compromiso y esfuerzo han cooperado en el trabajo que hemos desarrollado para combatir la pandemia”.

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