Después de tres años, rescatistas encontraron el cuerpo de una de las víctimas que aún permanecían desaparecidas tras el gigantesco derrumbe de la faena minera de Brumadinho, en Brasil. Un desastre que dejó 270 muertos, y varios pueblos completamente destruidos. Los familiares de las víctimas y varios expertos insisten en que la empresa siempre supo de las fallas que tenía la represa.