El presidente del país centroamericano comparó la situación de la veintena de personas detenidas, entre ellos cartas presidenciales, con el asalto al Capitolio en Estados Unidos, cuestionando que no se le exija al gobierno de Biden la liberación de quienes cometieron este ataque.
"Aquí no estamos juzgando a políticos, aquí se está juzgando a criminales que han atentado contra la seguridad del país, contra la vida de los ciudadanos", señaló el mandatario en un acto oficial, en el que reapareció en público después de más de un mes de ausencia.
Ortega afirmó, sin presentar pruebas, que los dirigentes opositores que guardan prisión intentan "nuevamente organizar otro 18 de abril, otro golpe de Estado para provocar los que ellos llaman el cambio de régimen".
El 18 de abril de 2018 estalló una revuelta popular por unas controvertidas reformas a la seguridad social que dejó cientos de muertos y decenas de miles en el exilio, y que fueron neutralizadas a la fuerza por el Gobierno que considera se trató de un intento de golpe de Estado.
Lee también: "Una terrible catástrofe": Edificio de varios pisos se derrumbó parcialmente en Surfside, Florida"Eso es lo que estamos persiguiendo, eso es lo que se está investigando y eso es lo que se castigará en su momento, tal y como lo mandan las leyes", continuó Ortega, que pidió a la comunidad internacional dejar de pedir la liberación de los opositores.
"Dejen de estar con esos absurdos que nos mandan a decir: que los pongamos libres. ¿Les vamos a pedir nosotros a otro país, a Estados Unidos que libre a los 400 norteamericanos que asaltaron El Capitolio? Y aquí están pegando el grito por 20 (opositores detenidos). Allá son 400, suelten a esos 400 pues", lanzó.
El líder sandinista pidió a la comunidad internacional "que se olviden" que eso sucederá, "que en Nicaragua hay justicia" y que "no hay un paso atrás, no habrá ningún paso atrás, solo hacia adelante".
En su discurso, Ortega cargó contra Estados Unidos al que calificó de "imperio yanqui" y de ser "una maldición para la humanidad, un hijo del demonio, de las cavernas, de la maldad, que se ensaña en los pueblos del mundo".
Lee también: Vicepresidente de Comisión Europea: "Ser gay no es peligroso para las familias, enseñar a odiar sí"Sobre los opositores detenidos, dijo que son "agentes, empleados de buena gana del imperio yanqui", que "conspiran para derrocar al Gobierno de Nicaragua y eso no es nuevo", y recordó el estallido social de abril de 2018.
"¿Quién se va a olvidar como se juntaron y como destrozaron una política de entendimiento, de acuerdos, que venía caminando bien, simplemente por hacerle caso al yanqui de que había que provocar un cambio de régimen en Nicaragua y traer la democracia a Nicaragua?", prosiguió Ortega, en referencia al acuerdo de consenso que tenía el Ejecutivo con los empresarios.
Aseguró que la Policía y la Fiscalía, que dirigen dos allegados suyos, "han encontrado una red que conspiró y venía conspirando" desde el 2018 y "la red tiene nombres y apellidos de organismos no gubernamentales y de personas connotadas".
Ahora, agregó, están "gritando los enemigos de la revolución y de cómo es posible que estén detenidos, presos, procesados, y lanzando campaña en contra de Nicaragua y algunos países atreviéndose atacar a Nicaragua cuando tienen el techo y el piso totalmente de vidrio".
Lee también: Sólo Israel lo apoyó: EE.UU. mantiene su negativa al levantamiento de sanciones a Cuba a pesar de respaldo en la ONUCriticó que ahora estén "de rodillas pidiendo y rogando sanciones al imperio yanqui" contra su Gobierno y allegados.
"Piensan que con sanciones van a doblegar a Nicaragua", apuntó el mandatario, quien recordó que el país "ha pasado momentos muchos más difíciles, muchos más duros", como la economía de guerra que se vivió durante la guerra civil de la década de 1980 del siglo pasado, cuando Ortega también gobernó.
Asimismo, reprochó que se les llamé candidatos a la Presidencia cuando, según la Ley Electoral, no es fecha para las inscripciones, y que ni siquiera eran precandidatos en sus grupos políticos.
Desde el 18 de mayo pasado, las autoridades nicaragüenses han cancelado la personalidad jurídica a dos partidos opositores y han aprehendido, además de cinco aspirantes presidenciales, a otros tres políticos, dos empresarios, un periodista y seis dirigentes de un movimiento político fundado por disidentes del gubernamental Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), incluidos dos combatientes históricos y antiguos compañeros de lucha del mandatario.
Las detenciones se han dado a menos de cinco meses de las elecciones en las que Ortega busca ser reelegido por cinco años más, y ante una creciente presión internacional que no ha podido frenar la ola de detenciones de disidentes.