Una chilena, llamada Isabel y de profesión odontóloga, lleva dos años en Israel y decidió quedarse en Haifa, zona que por el momento no se ha visto afectada por los ataque de Hamás. Aunque no descarta desplazarse a zonas afectadas, sostiene que "hay mucho en lo que uno puede ayudar acá, como los refugios de animales. Hay que reubicar a esos animalitos que quedaron huérfanos. También lo de la alimentación: hay mucha gente que lo perdió todo. Los restaurantes están abiertos para ayudar, uno puede ir a cocinar y limpiar", afirmó.