Su pareja le pidió un "descanso" de la relación, pero después descubrió que el hombre estaba con su "aprendiz junior", una mujer menor de edad con quien terminó viviendo. "Me hizo sentir maravillosa", confesó.
Una
infidelidad pueda dañar gravemente a una persona y esta, a modo de venganza, es capaz de hacer muchas cosas con tal de superar su dolor.
Eso es lo que hizo una mujer que
contó su historia en un programa de televisión australiano, quien confesó la "travesura" que realizó luego de
sufrir una infidelidad hace más de 20 años.
Durante el programa
Insight, de la cadena SBS,
Jaqueline Woods reveló que tras enterarse del engaño de su pareja de ese entonces, no encontró nada mejor que
esconder mariscos en el auto del hombre, quien debió conducir con las
ventanas abiertas "durante meses".
Según contó, su pareja de ese momento le pidió un
"descanso" de la relación. Sin embargo, después descubrió que el hombre estaba con su "aprendiz junior",
una mujer menor de edad con quien terminó viviendo.
Un día, cuando el sujeto fue hasta la casa para retirar algunas de sus cosas, Jaqueline decidió poner
un pulpo que estaba en una pasta marinara y lo escondió
debajo del asiento del auto, un Corolla de 1979.
Cuando realizó su venganza, era invierno, por lo que su ex tenía que salir de la casa junto a su novia muy temprano por la mañana para ir al trabajo con los
vidrios del auto completamente abajo debido al mal olor.
"Me hizo sentir maravillosa escuchar que conducían con las ventanas abajo", aseguró en el programa. "Era miserable, me hizo sentir maravillosa", añadió.