El recinto fue denunciado hace más de un mes y, tras realizar una indagatoria por la policía, se decretó que no podía funcionar. En el lugar encontraron a algunos de los adultos mayores en condiciones de hacinamiento.
Conmoción ha generado en Argentina una residencia de adultos mayores que ha sido conocida como el "geriátrico del horror", luego de que se denunciaran una serie de maltratos.
El recinto San Miguel Arcángel de Ezpeleta, ubicado en Quilmes y que alojaba a 15 personas, fue clausurado el martes, tras meses de que se dieran a conocer los relatos de testigos de cómo se manejaba el lugar.
La casa fue allanada por la policía de Buenos Aires y encontraron a la decena de adultos mayores en malas físicas y en deplorables condiciones de higiene.
Tanto las fuerzas del orden como personal municipal relataron que se vulneraban las medidas de seguridad, higiene e incluso habían alimentos en descomposición y medicamentos vencidos, y aseguraron que no podía funcionar en esas condiciones.
Lee también: Evadieron control policial, se estrellaron con un árbol y fueron detenidos: Portaban siete kilos de cocaínaEso sí, de acuerdo a Infobae, del grupo de residentes, siete debieron quedarse en el lugar, mientras se realizan las operaciones para reubicarlos.
Según una mujer que fue testigo de lo que allí sucedía, en el hogar "les pegan, los maltratan. Lo que vi fue horrible. Para que no molesten los tienen dopados todo el día y eso que estuve unas horas nada más. Además, viven atados los pobres viejitos”.
Ella fue quien realizó la denuncia en la Comisaría 6° de Quilmes de la Policía Bonaerense en marzo, luego de que asistió a una entrevista al recinto al geriátrico, pero terminó realizando la alerta.
Lee también: De Karol G a Maluma: Así se han manifestado los artistas colombianos por las protestas en el paísEl personal policial, además se encontró con que dos de los adultos mayores estaban atados y en en el acta municipal se dejó por escrito que dormían en dos habitaciones con cuatro camas cada una y en un garage reconvertido con seis camas más.
En uno de los registros difundidos en redes sociales, se aprecia la fuerza que usan quienes trabajan en el lugar -que no tendrían las calificaciones necesarias- para tratar a los adultos mayores, específicamente a una mujer mayor que está amarrada a una silla y la obligan a tomar una medicina.